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El comandante de la Policía Nacional, comisario general Luis Carlos Rojas, junto a los responsables del Sistema 911 y Sergio Mencia, este último representante del consorcio TSV que provee el programa informático de grabación de llamadas a la Policía, insistieron durante una conferencia de prensa realizada ayer que los registros guardados en el servidor son “inalterables”, ya que el software canadiense está “homologado internacionalmente” para impedir la adulteración y no cuenta con la opción de borrar.
Sin embargo, en un aparente sinceramiento, el director del departamento de Comunicaciones, comisario principal Nery Gamarra, explicó que por un “error” saltaron o no grabaron unos 30 minutos de la memoria, correspondiente entre las 00:21 y 00:57 de la madrugada del 1 de abril, considerados claves por la querella.
Empero, cuando se dieron cuenta de la falla, intentaron enmendarla y remitieron, nota mediante, la copia faltante a la fiscala María Raquel Fernández, según afirmaron.
Ese informe que la Policía obvió enviar en la primera oportunidad a la fiscalía coincide con el momento en que se produjo el atraco a PLRA.
A las 00:34 dispararon a Rodrigo Quintana.
Esa ampliación de informe de la que habla la fiscalía fue hecha por escrito.
Durante ese tiempo de 00:21 a 00:57 no se escucha más que un audio a las 00:32, en el cual un policía pide apoyo frente al PLRA.
Por su parte, el comisario general Willian Giménez, director del Sistema 911, explicó que el área donde están instalados los servidores y la base de datos del sistema es de máxima seguridad y solo dos funcionarios acceden al lugar: uno de la Policía Nacional y otro de la firma TSV, dejando entrever que si hubo manipulación de las evidencias fue en los laboratorios donde fueron desencriptados los datos remitidos en discos.
“Por ley, nadie puede acceder a las bases de datos y solo por orden judicial se pueden hacer copias. Nosotros ni siquiera revisamos el contenido de lo solicitado. En total, remitimos a la Justicia 10 copias de la base de datos correspondiente al periodo de tiempo desde las 16:00 del 31 de marzo hasta las 7:00 del 1 de abril. Si por el camino esas reproducciones fueron manipuladas o sufrieron algunos cambios ya no es nuestra culpa, pero todo está guardado aquí. Si hay dudas, es cuestión de que pidan una nueva copia”, explicó.
Recordó además que la fiscala Lorena Ledesma ya había llevado copias de la memoria y que luego pidió un informe sobre los códigos y las siglas utilizados en las comunicaciones para referirse a los lugares de coberturas e identificar a los jefes que emitían órdenes.
Añadió que el sistema que utiliza la Policía es inviolable y no existe la opción de borrar archivos; “es más, cualquier comunicación interna queda grabada aquí y en las otras centrales instaladas en Concepción, Alto Paraná, Itapúa, Misiones y Coronel Oviedo”.
La querella ya adelantó que pedirá nuevas copias de la base de datos para ser analizadas.
Lo que se puede escuchar
Entre las 00:21 y las 00:57 solo a las 00:32 se escuchan comunicaciones de 20 segundos entre policías. “Apoyo en PLRA, apoyo en PLRA grupo importante QTH (ubicación)”, decían desde esa zona. “QTH repita” fue la respuesta. En la tercera comunicación un policía desesperado dice “PLRA PLRA, apure, apure escopetero”. En la cuarta comunicación un policía requiere ayuda. “Iturbe entre Manuel Domínguez y Tte Fariña, apoyo por favor, apoyo”. Luego a las 00:35 hay otra comunicación en la que se menciona que un caballo fue herido.
El abogado Guillermo Duarte indicó que 131 audios de la frecuencia de radio de la Policía Nacional no aparecen en ese lapo de 36 trágicos minutos.