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Muy nervioso y grosero estuvo ayer el senador Cubas cuando el titular del Congreso, Silvio “Beto” Ovelar (ANR, Añetete), levantó a las 09:30 la sesión ordinaria por ausencias masivas. Ni bien convocó a una extraordinaria, aparecieron los legisladores y dieron el quórum.
Esta técnica de no presentarse en la sesión ordinaria tiene por objetivo eliminar la etapa de oradores, que permite a un legislador anotarse para manifestar su preocupación sobre un tema de su interés.
Cubas impidió que se realizara la sesión extra convocada por Ovelar, lo que obligó al titular del Senado a sacar a periodistas y funcionarios de la Cámara Alta de la sala de sesión para intentar calmar los ánimos. Cubas aceptó sentarse en su curul y se inició el segundo llamado a sesión extra, pero insistió en cobrarle una multa de G. 10 millones a cada legislador que ingresa al edificio pero no asiste a la sesión. “Demasiado robaron al país, 10 millones de guaraníes no les va a hacer nada”, insistió.
Payo casi llega a los puños con los cartistas Antonio Barrios y Juan Darío Monges, mientras otros trataban de calmarlo.
Posteriormente, Cubas advirtió que la ciudadanía volverá a quemar el Congreso con todos adentro. Despotricó contra colorados, liberales y luguistas. A Desirée Masi (PDP), una de sus pocas aliadas, la acusó de corrupta por el proceso al imputado Rafael Filizzola, su esposo.
Incluso se tomó contra periodistas en el caso de José A. Rodríguez (Radio Cáritas) y Rodolfo González (Radio Ñandutí). En contrapartida, el senador Pedro Santacruz (PDP) discutió frontalmente con Cubas y le golpeó levemente en el hombro y en la cabeza, pero Payo le ignoró.