Pasó Nochebuena caminando

Luego de la distribución de las canastas navideñas en Kurusu de Hierro, Arlan conversó con los periodistas y, al igual que su padre, agradeció por el apoyo constante.

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“Salir de allá fue lo mejor”, empezó y después explicó que “este es un gesto de buena voluntad. Fue un pedido, digamos así, no una obligación”, en referencia a la imposición del EPP de repartir los productos en uno de sus bastiones.

“Me siento muy bien de estar ayudando a esta gente. Es un regalo de Navidad un poco atrasado, pero antes tarde que nunca”, dijo.

Después, recordó la triste Nochebuena que pasó. “Pasé caminando la Nochebuena. Todo el mundo explotando bombas, con músicas y yo ahí caminando”. Al ser consultado si sus captores tuvieron un gesto de amabilidad con él, en el momento de la llegada de la Navidad, dijo “qué pio se van a felicitar. Escuchábamos las bombas y ellos ahí caminaban más rápido todavía, me esforzaban más”.

Sobre los momentos inolvidables de su liberación, describió que “no sabía qué hacer, si gritar, correr, llorar... Me quitaron mi cadena y mi paño y salí corriendo al asfalto”.

Entre otras cosas, ayer también se supo que Arlan pidió a sus captores ser liberado el día de su cumpleaños, el 3 de octubre pasado, pero que no le hicieron caso.

Pero en ese sentido, contó que ese día desayunó cocido y que merendó un pedazo de torta. La familia Fick Bremm tiene previsto visitar hoy el Santuario de la Virgen de Caacupé, para agradecer por la liberación.

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