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Las conclusiones se derivan de la entrevista que mantuvo ayer, en horas de la tarde, ABC Color con los ingenieros Orlando Valdés, presidente de la Asociación de Ingenieros del Sector Eléctrico Paraguayo; Germán Escauriza, exintegrante del equipo negociador de los reclamos paraguayos en Itaipú en 2009; Axel Benítez, exdirector de Energía del Viceministerio de Minas y energía; y Ramón Montanía, exconsejero de la EBY.
“Llama la atención la forma que atropellaron lo que toda buena negociación indica. Pareciera que de cualquier manera se quiere introducir lo que los argentinos propusieron y que de nuestro lado se vieron obligados a aceptar ante la supuesta decisión de que ellos ya no van a negociar más de lo se lee en el folleto”, arrancó Valdés.
Mal ejemplo para 2023
“Son los argentinos los que están apurados. Nosotros tenemos todo el tiempo necesario para que se haga exactamente lo que está establecido en el Tratado de Yacyretá. No podemos violar los principios básicos del Tratado de Yacyretá, porque si lo hacemos estaremos dando pie para que los brasileños en el 2023 hagan lo propio”, advirtió.
Pagaremos la deuda
¿Quién pagará la deuda? es la gran pregunta. El presidente Cartes se apresuró anoche en “aclarar” que esa cuenta no es del Estado paraguayo, sino de Yacyretá y que es esta la que se encargará de abonarla.
Cartes se olvidó de que la función de la EBY es producir energía y no emitir billetes. En efecto, la EBY podrá saldar el pasivo que hoy le endilgan con los recursos que ingrese por la venta de su energía.
Visto que el “tríptico” que distribuyó ayer la comisión negociadora, en un insólito regateo de información, señala que la EBY comenzará a pagar en 2028, cualquiera concluiría que el mercado nacional, en rigor el consumidor paraguayo, pagará el 50% de las facturas, por la ANDE estará retirando de la usina la mitad de la energía que pertenece a la República del Paraguay.
Autocompensación
Nuestros interlocutores de la víspera, todos de extensa trayectoria en las hidroeléctricas, advirtieron también que la deuda de la EBY en razón de territorio inundado, desde el 2023, al incorporarse sus cuotas al costo del servicio de electricidad de la usina, la pagará el pueblo paraguayo porque las mismas se reflejarán en la tarifa que abona la ANDE.
Acerca de la “calidad” del documento suministrado por la Comisión Negociadora a legisladores y periodistas, el Ing. Germán Escauriza señaló que, “en primer lugar, es incompleto, porque no hay memoria de cálculo, no se menciona si las cifras están sustentadas por documentos respaldatorios. No explican de dónde parten para llegar a esas cifras”.
El Ing. Escauriza, basado en el Anexo C, enfatizó que cumplidos los 40 años de vigencia del Tratado debió cerrarse las cuentas con deuda “0”, porque así lo exige el numeral VII.1 “el ingreso anual, derivado de los contratos de prestación de los servicios de electricidad, deberá ser igual cada año al costo del servicio establecido en este anexo”. Mencionó igualmente el numeral III.8, que establece que el costo de servicio de electricidad de la binacional, además, estará conformada “por el monto del saldo positivo o negativo de la cuenta de explotación del ejercicio anterior”.
En otras palabras, alguien no pagó sus facturas a la EBY, por eso hay deuda, y que ese alguien fue Argentina, en el lapso comprendido entre 1994 y el 2014 aprovechó el 95% de la producción de Yacyretá, luego le corresponde ese porcentaje de la deuda, que no debe pagarse con la tarifa.
Inocente, pero peligroso...
“Este es un folleto propagandístico, aparentemente inocente, pero muy peligroso, porque de lo poco que puede leerse se concluye que se consolida el consentimiento del Gobierno (paraguayo) a las violaciones del Tratado de Yacyretá y, sobre todo, del principio de igualdad de derechos y obligaciones”, advertía también el Ing. Germán Escauriza.
“Lamentablemente, de las manos de nuestros representantes, quienes meten al Presidente en un berenjenal en una fuente de interminables problemas”, agregó a su turno el Ing. Valdés.
“Carece de los datos elementales para hacer un análisis medianamente serio”, apuntó, por su parte, el Ing. Ramón Montanía.