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La influencia política para conseguir cargos con salarios millonarios en el Estado sigue teniendo vigencia en el gobierno del presidente Mario Abdo Benítez, pese a que él prometió en su campaña electoral terminar con los odiosos privilegios en el acceso a la función pública.
El diputado Esteban Samaniego Álvarez (ANR, Añetete), pese a ser uno de los parlamentarios más cuestionados y tener una denuncia por presunta lesión de confianza cuando se desempeñaba como intendente de Quyquyhó (Paraguarí), no tuvo inconvenientes para conseguir un cargo a su hermana Sylvia Samaniego Álvarez en la apetecida Yacyretá.
Sylvia fue nombrada el 1 de abril pasado y percibe, según datos de la página web (www.eby.gov.py) de la EBY, un salario de G. 11.933.133, pero con todos los beneficios cobra en total G. 19.843.014 mensuales.
La flamante funcionaria de la hidroeléctrica paraguayo-argentina no necesitó más que las influencias de su hermano político, aliado del oficialismo, para lograr el sueño de muchos de alzarse con un millonario cargo en la administración pública.
El diputado Samaniego, que engrosa una lista amplia de legisladores investigados por presuntos hechos de corrupción en la gestión pública, fue denunciado ante la Fiscalía de Delitos Económicos por un supuesto faltante de G. 10.000 millones cuando era intendente de Quyquyhó (2015-2017).
Conforme a la denuncia presentada por un grupo de concejales de Quyquyhó y la entonces intendenta interina Isidora Benítez (PLRA), se detectaron supuestas obras y equipos informáticos fantasma, así como construcciones con costos millonarios que están inconclusas.
Además, se constató que Samaniego (primo de los políticos colorados Lilian, Arnaldo y Gustavo Samaniego) habría librado cheques por G. 380 millones a favor de su esposa (la actual intendenta Patricia Corvalán), su madre, un policía y operadores políticos.