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Primeramente dijo que “todas las fuentes están en la parte de atrás” (por la bibliografía), pero le mostramos que ni la obra en cuestión ni su autor están mencionados en ningún sitio. Además, los párrafos no están ni entrecomillados ni atribuidos, aun en el caso que fuera admisible hacer citas textuales de varias páginas en una tesis.
Luego dijo a modo de justificación que él leyó “muchos textos de España y saqué mis conclusiones, no puedo adivinar si estaba publicado o no” (¡!), pero le señalamos que son copias textuales, palabra por palabra, no conclusiones propias, ni siquiera paráfrasis, de materiales leídos.
Finalmente insistió en que nada de eso hace al fondo de su tesis, que es un trabajo sustentado en el artículo 1 de la Constitución Nacional y en su propia experiencia personal, como impulsor de la descentralización cuando fue convencional constituyente, y que dio muchas conferencias sobre el tema.
Dijo que su tesis fue la primera que se defendió en público, ante un auditorio de 200 personas, donde había jueces, camaristas, profesores, sacerdotes, estudiantes.
Resaltó que los miembros de la mesa examinadora fueron Ubaldo Centurión Morínigo, Raúl Torres Kirmser, Carlos Fernández Gadea, Luis Lezcano Claude y Carlos Kohn Benítez, y que él salió airoso en todas las preguntas que le hicieron.
“¿Cómo una Universidad Nacional va a aceptar si no estaba en condiciones?”, preguntó (nos hacemos la misma pregunta). “Mi única intención fue aportar sobre un tema del que se sabía muy poco”.