No hay reina sin rey

Si Cristina Villalba es considerada la “reina del Norte”, su hermano Carlos Antonio “Cabrito” Villalba podría ser considerado como el “rey” y cabeza de la dinastía.

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El intendente de La Paloma es considerado el hombre más poderoso de todo Canindeyú, donde su padrinazgo casi no cuenta con oposición. Arrastra con él una larga historia de denuncias de actividades ilícitas.

La lista de ilícitos con los que alguna vez fue involucrado Carlos Antonio Villalba López, intendente del distrito de La Paloma y hermano de la diputada colorada Cristina Villalba –vinculada a uno de los prófugos por el crimen de Pablo Medina– es extensa. El intendente de La Paloma estaría presuntamente involucrado en el contrabando de mercaderías al Brasil, siendo uno de los principales rubros el cigarrillo, aunque se le suman otros como insumos agrícolas o electrónicos.

Villalba López ya fue denunciado por sus cercanas vinculaciones con Claudecir da Silveira, alias “Mano”, un brasileño con orden de captura que vive protegido en territorio paraguayo desde hace años y sindicado como uno de los principales líderes de una poderosa mafia que domina en la zona fronteriza el tráfico de cocaína, armas y hasta animales.

La mafia, que contaría con el apoyo de policías y fiscales, domina además el tráfico de camiones robados. En noviembre de 2006, una asistente fiscal había caído mientras recibía una coima para liberar uno de los rodados que habían sido confiscados por efectivos de las fuerzas del orden.

El lunes, el exdiputado colorado Julio Colmán había indicado a Radio Ñandutí que el expresidente Nicanor Duarte Frutos y el actual, Horacio Cartes, conocían las vinculaciones de los Villalba con actividades ilícitas en Canindeyú.

Colmán señalaba, además, que durante la campaña de Cristina Villalba para la Cámara de Diputados se utilizaron más de 30 vehículos robados en Brasil y que Carlos “Cabrito” Villalba amasó su fortuna gracias al tráfico de rodados que ingresaron al país de manera irregular. “Es el más famoso de los importadores de vehículos mau en Paraguay”, expresó. Aseveró, además, que el mismo cuenta con prohibición de ingresar al vecino país.

Carlos Villalba apareció en el escenario político hace ya casi dos décadas cuando en 1996 ganó por primera vez las elecciones municipales en La Paloma, un distrito ubicado a unos 380 kilómetros de Asunción. A partir de ahí, construyó un padrinazgo político casi indiscutible en todo el departamento de Canindeyú apoyado en un poderío económico que fue en aumento exponencial desde que asumió la jefatura comunal.

Desde entonces, Villalba gana por goleada todas las elecciones y casi nadie se anima a enfrentarlo en la arena política. En varias oportunidades obtuvo el 80 por ciento de los votos en la puja por la seccional local. La única ocasión en la que perdió fue cuando en 2001 trató de cederle el lugar en la Municipalidad a su hermana Cristina, actual diputada conocida como “La Reina”.

Avelino Rivas Jiménez, colorado de ascendencia oviedista y el que había “arrebatado” la intendencia a los Villalba en 2001, reconoció en varias oportunidades esta realidad y señalaba que es imposible competir con una persona que maneja a todos con su fortuna malhabida, que logró gracias a la impunidad.

En aquel año, Villalba fue visto protagonizando una pelea callejera con seguidores del otro movimiento político que dejó como saldo varios heridos.

Investigadores privados de Brasil llegaron a calificar a Villalba López como el supuesto “Beira Mar paraguayo”, en alusión al detenido Fernandinho Beira Mar, quien fuera uno de los hombres más buscados en su país por narcotráfico.

Lejos de lo que sucedía con el poderío ascendente de su intendente, La Paloma –un pueblo con una rica historia de inicio y desarrollo– veía como su pujanza era truncada por la mafia y los pobladores decidían permanecer en silencio por miedo a las consecuencias que podrían sufrir.

En 2006, el año en que recuperó el control de la Municipalidad, Villalba llegó a golpear al entonces diputado liberal Agustín Perdomo en pleno local de votación.

En 2012, el intendente de La Paloma protagonizó un hecho bastante particular al ser acusado de haber amenazado de muerte a su par de Salto del Guairá, el también colorado Eduardo Paniagua Duarte.

De acuerdo a la denuncia de Paniagua Duarte, leal al movimiento Frente para la Victoria de Javier Zacarías Irún, todo había empezado cuando trató de comunicarse con la entonces gobernadora de Canindeyú, Cristina Villalba –quien ya respondía en aquel entonces al movimiento Honor Colorado de Horacio Cartes– para reclamarle el retiro de una gigantografía.

Como no consiguió dar con ella, decidió llamar a su hermano, Carlos; y como respuesta al reclamo recibió una amenaza.

“Nde ningo reikuaa porã che mba’eichaguávapa. Hetápema amboviajá, ha remakanea ha ndéve avei romboviajáta” (vos sabés bien qué clase de persona yo soy. Ya les hice viajar a muchos y si macaneás, a vos también te haré viajar), me dijo”, señaló el intendente saltoguaireño.

ABC Color consultó ayer con Paniagua Duarte qué había pasado de aquella denuncia y aseguró que todo había sido arreglado.

En los últimos días y luego de que su hermana fuera vinculada con los supuestos responsables del asesinato de Pablo Medina y Antonia Almada, Villalba ironizó y aseguró que se lo quería comparar con Pablo Escobar Gaviria, fallecido capomafioso colombiano.

Días atrás fue uno de los intendentes que con el gobernador Alfonso Noria organizó un mitin para brindar apoyo público a la “Reina”.

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