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La marcha de los campesinos, miembros de la Coordinadora Nacional Intersectorial que piden al Gobierno la condonación de deudas (34 millones de dólares), se inició muy temprano en la mañana de ayer y para las 9:30 el tráfico del microcentro ya era un caos. Tal como lo habían anunciado, los manifestantes endurecieron su protesta y esta vez optaron por organizar piquetes en bocacalles, en donde encendieron fogatas obstaculizando el tránsito, según se pudo constatar en los diferentes sitios.
Desde la Plaza de Armas avanzaron hasta la calle Caballero, bloqueándola desde El Paraguayo Independiente hasta Cuarta. En cada una de las esquinas quemaron basura y se dividieron en grupos que la custodiaban mientras los demás avanzaban. El contingente fue detenido por agentes antimotines, policía montada y carros hidrantes una cuadra antes de llegar a Avenida Quinta.
Se vivieron minutos de tensión cuando los campesinos insistieron en cerrar también la Avenida Quinta. Para frenar mayores incidentes la policía se adelantó con uno de los carros hidrantes y apagó una de las fogatas que se estaban iniciando. El jefe de los uniformados habló con uno de los líderes campesinos y les dijo que liberen las calles para que los agentes no tengan que utilizar la fuerza. “Nosotros no queremos lastimar a compatriotas”, manifestaron.
En un momento los manifestantes recibieron agua y bananas que fueron acercados por sus líderes hasta los diferentes piquetes.
Al mediodía, tras una larga negociación con la policía, los manifestantes despejaron las calles y volvieron a movilizarse por Chile hasta la Plaza de Armas, en donde están asentados hace más de una semana.
Durante toda la movilización agentes de la Policía Nacional y la Policía Municipal de Tránsito acompañaron a los manifestantes tratando de impedir que los ánimos se salieran de control. También intentaron apagar las fogatas, pero los campesinos lo impidieron.
El centro, paralizado
Mientras todo esto ocurría, el centro de Asunción estaba colapsado. El cierre total de la calle Caballero impidió el ingreso y salida de la capital. Los embotellamientos, desvíos y la tensión reinaron por varias horas y muchas personas tuvieron que estacionar sus vehículos y continuar a pie para poder llegar a sus lugares de trabajo.
“Cada vez más fuertes”
Durante la marcha los campesinos manifestaron que van a resistir y que no se van a retirar hasta conseguir lo que buscan. “Repudiamos el Gobierno de Horacio Cartes” dijeron.
En todo momento insistieron en que no desean perjudicar a la ciudadanía pero que es la única manera en que Cartes escuche sus reclamos. Exigen la condonación de sus deudas, US$ 34 millones.