Cargando...
Tras comparecer ayer ante la comisión bicameral que investiga el lavado de dinero y otros delitos atribuidos a Darío Messer y asociados, el actual presidente del BNF, Daniel Correa, señaló que las alertas antes operaciones sospechosas se activaron en su momento con relación al caso Messer pero quienes debían actuar, como la Secretaría de Prevención del Lavado de Dinero (Seprelad), no lo hicieron.
Apuntó que en la reunión con los legisladores informaron de las operaciones de las empresas de Messer que se iniciaron en 2011 y cuya cuenta estuvo activa hasta 2018 y que todos los excesos de los límites fueron reportados a las instituciones correspondientes.
En tanto, el senador del Frente Guasu Jorge Querey, integrante de la comisión, dijo que Messer logró crearse una cuenta en octubre del año 2011, utilizando apenas una contraseña de que su cédula estaba en trámite, cuando para un ciudadano común es imposible crearse una cuenta en una entidad bancaria sin cédula. Inclusive, se le solicitan numerosos documentos.
Estos datos fueron obtenidos tras la entrevista con Jorge Lavand, quien era gerente de la sucursal del Banco Nacional de Fomento (BNF) en el 2011.
“Nos mostró la cédula inicialmente como una supuesta documentación, pero esa cédula fue emitida recién casi un año después en setiembre de 2012. De ahí se desprende la vulnerabilidad para abrir una cuenta en un banco del Estado”, precisó el senador Querey.
Igualmente, señaló que en 2012, un año después de abrirse la cuenta, hubo reporte de operaciones sospechosas por parte de bancos privados del Brasil.
Apuntó que a pesar de que existe un sistema de control internacional que es una especie de “informconf” de operaciones financieras sospechosas, recién en 2015 hubo un informe de parte de las autoridades del Banco Nacional de Fomento.
En cuanto al monto de dinero que circuló en el BNF, Querey indicó que no tienen un número exacto, pero que los certificados mencionan unos US$ 40 millones, pero el volumen sería mucho mayor.
También dijo que las empresas de Messer Matrix Reality y Chai SA adquirieron bonos emitidos por el Estado paraguayo por US$ 5 millones cada uno.