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Hace alrededor de un año, en el Ejército se anunciaba con bombos y platillos la decisión de adquirir tres modernos simuladores de combate que iban a posibilitar mejor entrenamiento a los uniformados, y sobre todo ahorro en proyectiles, combustibles, etc.
El 9 de octubre pasado, el Ejército, mediante una licitación pública, adjudica el emplazamiento de tres simuladores a Data Lab SA, y el 19 de octubre se firma el contrato para la compra y emplazamiento de los aparatos de entrenamiento virtual. Según la cláusula séptima del contrato, en el punto sobre el plan de entrega, se establece que en 90 días posterior a la firma del documento, el Ejército debe recibir el primer simulador emplazado en la Escuela de Infantería, con asiento en Vista Alegre (Chaco’i), es decir, el 19 de enero pasado. Los demás equipos deben entregarse en 270 días luego de la firma del contrato, uno en la Academia Militar “Mcal. F. S. López” (Academil), sede Capiatá, y otro en el Colegio militar de suboficiales del Ejército (Comisoe), con asiento en Encarnación.
El atraso en la instalación del simulador de la Escuela de Infantería generó preocupación en el Ejército e inclusive se abrió un sumario sobre el caso, según fuentes. Sin embargo, en la cúpula militar existe el criterio de realizar alguna adenda a fin de salvar la situación, conforme nos aseguraron. El monto de la adjudicación es de G. 14.895.000.000. Una fuente del comando del Ejército consultada ayer reconoció el atraso de Data Lab en la ejecución del contrato, en su primera entrega, pero aseguró que “todo se está encaminando” para evitar perjuicios al Estado. Argumentó que como es una primera experiencia en nuestro país, tanto para las FF.AA. como para la empresa adjudicada, se presentaron varios contratiempos y burocracias que impidieron que los trabajos se hagan a tiempo. Comentó que inclusive se tuvo que reemplazar un equipo que se quemó.
No quiere dar información
En Data Lab contactamos ayer con Bernardo Alfredo Beil Kaufmann, representante legal, y le consultamos sobre el atraso en el emplazamiento de los simuladores de combate. El mismo dijo que no iba a dar información sobre el tema y nos recomendó que pidamos a nuestras fuentes toda la documentación sobre el mismo. Beil Kaufmann firmó el contrato de “adquisición de equipos militares y de seguridad (simulador de combate)” a nombre de Data Lab. En representación del Ejército firmó el documento el Gral. de Div. Francisco Ramírez Gómez, jefe de esta fuerza. Según el contrato, los equipos a ser adquiridos son de la marca Meggitt, de procedencia estadounidense.