Cargando...
Apenas pronuncian algunas palabras, hay que hablarles muy fuerte al oído, casi no se levantan de la cama y en horas de la noche no paran de “conversar” con sus camaradas de la contienda. Los achaques de la enfermedad agotan los pocos recursos que reciben como pensión en las últimas batallas que están librando.
Para sus familias y vecinos los últimos excombatientes de la Guerra del Chaco que sobreviven se convierten en verdaderas reliquias. Según los datos del Ministerio de Hacienda –actualizados al mes de mayo– quedan unos 105 en todo el país, de los cuales unos 26 estarían distribuidos entre Asunción y ciudades de la Gran Asunción.
En el barrio Obrero de Asunción vive Pedro Pascual Díaz, quien ya no se levanta porque no tiene una silla de ruedas. El dinero apenas alcanza para los medicamentos que no se consiguen en el Instituto de Previsión Social, comentan sus hijas, quienes hacen todo lo posible para que no le falte medicina ni alimento.
No lejos, en el barrio Tacumbú vive Pacífico Espinoza Cajes, quien también podría movilizarse aún con comodidad si accediera a una silla de ruedas, pero no lo tiene. Está sentado en la cama o el sillón la mayor parte del día lo que le depara fuertes dolores de cintura.
En Trinidad encontramos también a don Juan Bautista Rojas Coronel y don Antonio Eusebio Medina Insfrán, ambos ya prácticamente con 104 años. Viven rodeados del afecto y cuidado de sus familiares, pero la asistencia estatal es poquísima comparada con lo que hicieron por la Patria.
pgomez@abc.com.py