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El día que Fernando Migliaccio da Silva, extesorero de Odebrecht arregló su delación premiada desde Suiza, se abrieron las compuertas a la fase 61 del equipo Lava Jato, una fase que oficialmente inició el pasado 8 de mayo y que podría terminar con muchos tentáculos en Paraguay. El otrora tesorero, dueño de la billetera y la lapicera, delató cómo lavaban el dinero para pagos de monumentales coimas y sobornos a cambio de quedarse con las obras gubernamentales.
Describió cómo usaban tres bancos en el extranjero para facturar comisiones, cobrarlas en efectivo y distribuir entre quienes iban pagando a los políticos. Los bancos eran: Credicorp en Panamá, PKB en Suiza y Meinl Antigua en Austria. Delató que se pagaban las coimas también en reales y en efectivo en Brasil. Contó que el dinero era entregado a los políticos por doleiros (cambistas) mensajeros que llevaban pequeñas fortunas a restaurantes, o que el dinero en efectivo era entregado por el propio Banco Paulista (situado en San Pablo). Narró de qué manera usaban contratos falsos con empresas ídem que facturaban en falso y que emitían notas fiscales.
En base a todos los informes de Migliaccio, el Banco Central de Brasil pidió al citado banco Paulista informaciones y documentos sobre todas las denuncias. Era la primera vez que un banco entraba en el radar del equipo Lava Jato que hasta ese entonces ya había puesto en la mira a políticos, ex presidentes, doleiros, ejecutivos y empresarios varios.
Es en ese documento del Banco Central de Brasil, fechado el 11 de setiembre del 2017, donde el Departamento de Supervisión de Conducta (Decon) propone a la Procuraduría del Banco que se haga una comunicación de posibles ilícitos cometidos al Ministerio Público “el cual tendría por fundamento irregularidades verificadas junto al Banco Paulista SA”, conforme a los relatos. En el dossier hablan de indicios de crimen de lavado de dinero, gestión fraudulenta de institución financiera y pagos de valores direccionados a grupos de empresas.
Es en este documento del Banco Central del Brasil donde mencionan al Banco Basa, ex banco Amambay, de la familia Cartes.
El que más reales envió
¿Cómo pudo el Banco Paulista pagar en efectivo, y en reales, los sobornos y coimas de Odebrecht? era la pregunta. ¿De dónde habían salido los reales utilizados?
El mismo documento oficial del Banco Central del Brasil menciona que la “importación de moneda nacional” es una operación de compra y venta de moneda extranjera con instituciones bancarias del exterior, en contrapartida a reales en especie que se reciben de o son enviados al exterior. Es una operación legal, prevista en el artículo 165 de una ley brasileña del 2013.
En la página 3 del informe del Banco Central de Brasil se lee: “En los últimos tres años, 2014, 2015 y 2016, las operaciones de ‘Importación de Moneda Nacional’ alcanzaron R$ 15,6 billones (USD 5,5 billones), esto es, los bancos brasileños que realizaron tales operaciones trajeron del exterior (‘importaron’) ese valor en moneda nacional en especie. En ese período, el Banco Paulista importó un total de R$ 6,7 billones (USD 2,4 billones), equivalente al 42,9% del valor total importado. La institución extranjera que más envió moneda nacional en especie al País fue el Banco Amambay SA de Paraguay, con el valor de R$ 10,6 billones (USD 3,7 billones), equivalente a 68,3% del total importado”. (sic, nótese que los valores en billones usados por la grafía portuguesa e inglesa se traducen en miles de millones).
Según esta cita de la nota jurídica 2915/2017 del Banco Central de Brasil, BASA habría enviado unos 3.700 millones de dólares al Brasil solamente en tres años: 2014, 2015 y 2016, mientras Horacio Cartes era presidente de la República. Es decir, del total de los 5.500 millones de dólares que Brasil importó en reales, unos 3.700 millones de dólares salieron del ex Banco Amambay, mientras Horacio Cartes era Presidente.
La delación de Migliaccio Da Silva, extesorero de Odebrecht que contó al equipo Lava Jato pormenorizadamente como hicieron funcionar el mecanismo de pagos, lavado de dinero y sobornos a políticos y empresarios puso por primera vez a un Banco en el ojo de la tormenta.
La mañana del 8 de mayo, cuando se desplegó el operativo 61 del equipo de investigación Lava Jato, tres ejecutivos del Banco Paulista fueron presos. Pero lo que aún está por venir es que durante 48 horas, un equipo de peritos de la Policía Federal y del equipo Lava Jato se instalaron en el Banco y levantaron todas las evidencias posibles de los servidores del ente financiero.
“Disfarces de Mamom” (disfraces del dinero) es el nombre que han dado a esta última fase del Lava Jato. Hace referencia a la frase bíblica que dice “Nadie puede servir a dos señores; porque o ha de odiar a uno y amar a otro, o se dedicará a uno y despreciará al otro. No se puede servir a Dios y al dinero”. La referencia es a la entidad bancaria, que debió haber cuidado del sistema financiero pero permitía supuestamente actividades ilícitas.
Lo que dice BASA
El ex Banco Amambay, del grupo Cartes, sacó un espacio reservado asegurando que no forma parte de ningún proceso judicial ni de investigación de lavado de dinero en Brasil. Que las investigaciones contra el Banco Paulista no tienen que ver con las remesas de reales enviadas por varios bancos paraguayos a corresponsales brasileños.
Según BASA, las operaciones fueron autorizadas y controladas por el Banco Central del Paraguay, a través de la Superintendencia de Bancos tanto con banco Paulista SA como con Banco Rendimento SA, a su vez autorizados por el Banco Central del Brasil.
Agregan que los reales remesados al Brasil tienen su origen en el comercio de frontera, que de acuerdo a datos oficiales publicados por el BCP, ascienden a unos US$ 5.000 millones por año.
Exhortan a BCP intervenir BASA
Los senadores de la bancada del Frente Guasu presentaron ayer un proyecto de declaración para exhortar al Banco Central del Paraguay (BCP) a realizar una inspección en el Banco BASA ante las serias sospechas que involucran a esa entidad en un supuesto caso de lavado de dinero. Solicitarán que el proyecto se trate sobre tablas en la sesión ordinaria de mañana. La solicitud es que la inspección del BCP abarque el periodo de los hechos denunciados, con énfasis en las operaciones cambiarias de su mesa de dinero, transferencias remitidas y recibidas, arbitraje de monedas, canjes y otros.