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El embajador paraguayo en Brasil, Manuel María Cáceres Cardozo, y otros 21 jefes de misión de otros países aún no fueron llamados por la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, para la presentación de las cartas credenciales. En noviembre hará un año de la entrega de las copias de credenciales a la Cancillería (Itamaraty).
Consultado sobre el tema, el exministro de Relaciones Exteriores y exembajador en Brasil, José Antonio Moreno Ruffinelli, dijo que no es normal en las relaciones diplomáticas que demore meses el llamado a un embajador de un Estado extranjero para la presentación de cartas credenciales.
Afirmó que es una “situación absolutamente anormal”. “Es una descortesía, una falta de respeto. Paraguay es un aliado estratégico para el Brasil. Es preocupante lo que está pasando, atendiendo que hay muchos temas en la agenda, como Itaipú”, significó.
Loizaga debe actuar
Moreno Ruffinelli señaló que dadas las circunstancias el ministro de Relaciones Exteriores, Eladio Loizaga, debe llamar a consultas al embajador paraguayo en Brasil para que dé explicaciones sobre tan desagradable situación.
La Mandataria del vecino país debe convocar a Cáceres para asistir a una ceremonia protocolar que se realiza en el Palacio Planalto (sede de Gobierno). El 12 de noviembre del año pasado Cáceres prestó juramento ante el presidente Horacio Cartes en el Palacio de Gobierno. Luego en ese mismo mes presentó las copias de cartas credenciales a Itamaraty, que de manera diligente recibió el documento.
La falta de acreditación, si bien no impide el desempeño del embajador ante el Gobierno brasileño, falta sin embargo que concluya el proceso con el acto protocolar ante la Presidenta brasileña, con lo cual Cáceres estará en pleno ejercicio de sus funciones.
A pesar de esta situación irregular, el embajador Cáceres participó de todas las actividades oficiales y acompaña en las visitas de altos funcionarios del Gobierno en el vecino país.
Cáceres es diplomático de carrera con una vasta experiencia. Fue embajador en Argentina, OEA, Bélgica y la Unión Europea, además de vicecanciller, entre otros altos cargos en la Cancillería.
Es el segundo caso similar
Un caso llamativo fue el del exsenador del PLRA Evelio Fernández Arévalo, designado embajador paraguayo en Brasil en marzo de 2012 por el entonces presidente Fernando Lugo. El jefe diplomático sí presentó su acreditación en abril a Itamaraty, pero nunca pudo acreditarse ante Rousseff. Durante el gobierno de Lugo no fue recibido y, posteriormente, Dilma desconoció el gobierno de Franco. Fernández, finalmente, renunció. El exsenador había admitido que sintió incomodidad ante la negativa de Rousseff de recibir sus credenciales.