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Moreno Ruffinelli dijo que comparte la posición de su excolega, Luis Ramírez Boettner, quien afirmó que el Gobierno debe denunciar ante el Tribunal de La Haya la violación por Argentina, Brasil y Uruguay del Tratado del Mercosur, al hacer hincapié en que el protagonismo diplomático de nuestro país es bastante pobre en los foros internacionales.
El exministro expresó que la única defensa que Paraguay tiene es recurrir a los estrados internacionales para que los principios estén a salvo, y Paraguay pueda salir airoso en cuanto a la primacía del derecho.
“Paraguay debe recurrir a los estrados internacionales de justicia. Es evidente que acá en la región no vamos a encontrar justicia”, enfatizó.
Agregó que el problema que tropieza Paraguay es que Brasil y la Argentina no reconocen la jurisdicción de la Haya. Moreno Ruffinelli sostuvo que estos países no aceptarán porque saben que si van a La Haya perderán, porque ellos han violado expresamente los tratados internacionales del Mercosur.
“Es una cuestión de principios que Paraguay debe sostener porque en todo momento fue injusta, arbitraria, ilegalmente sancionado”, puntualizó.
Celac, sin futuro
Moreno Ruffinelli aseveró que la Celac es un organismo que solo pretende dejar de lado a Estados Unidos de América y Canadá. Afirmó que es muy difícil que la Celac sobreviva, porque sos-
laya los principios de la democracia al nombrar a Raúl Castro como presidente pro témpore del bloque.
“Lamentable sometimiento”
El presidente Federico Franco afirmó en su momento que Paraguay “no fue invitado” a la cumbre Celac y por tanto no envió representantes. “Paraguay no fue invitado. Es lamentable la situación a la que está sometido el Paraguay desde junio pasado”, declaró el jefe de Estado aludiendo al marginamiento de las cumbres presidenciales desde que asumió el 22 de junio pasado, tras la destitución vía juicio político del expresidente Fernando Lugo.
Por su parte, el canciller José Félix Fernández Estigarribia había afirmado que el Gobierno trasandino pidió a Paraguay no asistir al evento para evitar que se concrete una amenaza de algunos países sudamericanos de no asistir a ese evento.