Jefes policiales se niegan a contar la verdad sobre atropello al PLRA

Los altos jefes policiales se niegan a contar la verdad en torno al asesinato del joven dirigente liberal Rodrigo Quintana. No cuentan quién liberó al suboficial ayudante Gustavo Florentín, preso por un caso de violencia familiar, y por qué el mismo tenía balines de plomo y no de goma. Tampoco dicen quién ordenó el atropello al local.

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A esta altura ya declararon catorce efectivos policiales en Fiscalía, entre ellos cinco comisarios que se niegan a aclarar lo que sucedió la madrugada del 1 de abril pasado en el local del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA).

Los altos jefes que declararon en carácter de indagatoria pero no están incluidos en el proceso penal por la muerte de Rodrigo Quintana son el excomandante de la Policía Críspulo Sotelo; el director de la Primera Zona Policial, Prudencio Burgos; el jefe de la comisaría 3ª Metropolitana, Amado Cantero; el jefe del departamento de Investigación de Delitos, Fidencio Rivas, y el exjefe de la Agrupación de Seguridad Julio César Melgarejo.

Los uniformados repiten el mismo libreto respecto a lo que sucedió antes del atropello sincronizado a la sede del PLRA, ubicada sobre la calle Iturbe casi Manuel Domínguez, de Asunción.

Pese a que hay videos de circuito cerrado de comercios y del propio local atropellado que demuestran la coordinación con la que se ejecutó el plan, los uniformados pretenden hacer creer que nadie dio ninguna orden y que todo se inició con un pedido de auxilio de ABC Color. Que posteriormente agentes antidisturbios siguieron a manifestantes violentos que ingresaron a la sede del Partido Liberal, por el estacionamiento.

Los comisarios tampoco aclaran quién liberó al suboficial ayudante Gustavo Florentín (imputado por el asesinato de Quintana), debido a que este se encontraba preso en la Comandancia por un caso de violencia familiar.

Florentín salió de esa dependencia con equipos especiales y armado. La misma fiscala Lorena Ledesma confirmó que existen registros del 29 y 30 de marzo que comprueban que el suboficial retiró armas letales. 

El suboficial se encontraba haciendo tareas de despeje de manifestantes desde temprano ese 31 de marzo y los jefes pretenden sustentar la teoría de que el mismo “se escapó” de la Comandancia.

Otro punto que tampoco aclaran los comisarios es cómo Florentín tenía balines de metal y no de goma.

Además, no especifican quién ordenó la “caza” de opositores en la sede partidaria al equipo de Investigación de Delitos comandado por el Crio. Tomás Paredes Palma.

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