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Un ejército de civiles armados, que fungen de guardias privados, gana espacio en el país de la mano de empresas conformadas para brindar dicho servicio a la ciudadanía, mientras la policía destina el 62% de sus hombres a tareas administrativas, privadas o a resguardar edificios públicos.
Según registros del Ministerio del Trabajo (MT), 197 empresas están inscriptas para brindar servicios de vigilancia y seguridad privada. En conjunto suman 6.807 empleados.
Este número, sin embargo, no es real atendiendo que solamente 63 empresas de las 197 registradas tienen inscriptos a sus empleados ante la secretaría de Estado. Las 134 restantes no declararon la cantidad de funcionarios.
Un ejemplo de esta situación es la firma Escolta SA, cuyo funcionario falleció la semana pasada durante un asalto a un supermercado de Lambaré.
Según el Ministerio del Trabajo, esta empresa tiene 27 trabajadores; en IPS figuran apenas 12, y denuncias anónimas arrimadas a la institución hablan de que en realidad la firma tiene a más de 50 personas trabajando como guardias de seguridad. Eso implica que más de la mitad de sus empleados no están registrados.
2.000 más que Policía
Otro dato que no deja de llamar la atención es que aún con los datos irreales, existía más guardias de seguridad que policías en las calles.
Los registros oficiales de la Policía revelan que solo 8.202 efectivos, de los 21.187 que tiene la institución, son destinados a las diferentes comisarías del país para brindar seguridad a la ciudadanía. Ese número se divide en los dos turnos de 12 horas que hace cada agente, por lo que finalmente poco más de 4.100 policías son los que efectivamente están a cargo de la seguridad de los 7.000.000 de habitantes. Los guardias de seguridad privada llegan a 6.000.