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Ayer se vivieron momentos de mucho dolor en la humilde vivienda de la familia, ubicada en el asentamiento San Roque II del barrio La Merced de esta ciudad, durante el velatorio.
Cerca del mediodía llegaron sus hermanos procedentes de Argentina.
Los familiares no quisieron hablar mucho del tema y solo se limitaron a decir que esperan justicia para la joven y un castigo ejemplar para el narcotraficante, responsable de su muerte, como parte de una estrategia para evitar la extradición a Brasil y permanecer en nuestro país, en donde recibe todo tipo de privilegios.
“Solo pedimos justicia para ella, que no quede impune y les pedimos que respeten este momento de dolor de toda la familia y en los próximos días seguiremos hablando sobre lo que ocurrió con Lidia”, expresó un familiar.
Los vecinos indicaron que la malograda joven era muy reservada y de muy poco hablar con los pobladores de la zona.
Es más, solo hace unos dos meses que llegó de la Argentina, en donde vivía con otros familiares.
Aparentemente sus familiares no sabían mucho sobre lo que hacía la joven y para los padres trabajaba cuidando a una anciana en la zona del Mercado 4.
La joven luego del mediodía del sábado avisó que llegaría después de las 15:00 a su casa. No imaginaba que su cita con el capo mafioso acabaría con su muerte.
Igualmente surgieron versiones de que el abogado de Marcelo Piloto Pinheiro llegó hasta la vivienda de la víctima y prometió asistencia económica a la familia.
Esta versión no se pudo confirmar ni descartar, debido a que los familiares cortaron toda conversación con la prensa.
La familia de Lidia Meza vive en una humilde casa en el asentamiento San Roque II del barrio La Merced de San Antonio. Según testimonios de algunos lugareños, la mujer tenía contactos con policías y estos la llevaron hasta su asesino.