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Rubiani sostiene que todo lo relacionado a la búsqueda de tesoros tiene que ser encarado como una cuestión más seria y más participativa del Estado.
“Me interesa el asunto desde el punto de vista periodístico, no para hacerme rico ni invadir propiedades privadas. Pero esto debería ser objeto de un estudio más serio, más científico”, puntualizó.
Agrega que junto a estos buscadores de tesoro que andan por el mundo viendo embarcaciones hundidas, siempre hay arqueólogos que agregan algo de sensatez a esta especie de fantasía que hay alrededor de esta actividad.
“Acompañé algunas búsquedas muy deportivas, siempre aportando mi vehículo, más documental que patrimonial, y hay mucha fantasía que se sostiene solo con fantasías de otras personas y alguna información quizás más seria, pero se debería establecer un protocolo bastante más científico”, explica el historiador.
Rubiani recuerda que una vez le hablaron de cosas fantásticas, como por ejemplo de la existencia de 300.000 kilos de oro escondidos, que serviría como para pagar toda la deuda externa de América Latina. “Alguien debería tomar el toro por las astas y hacer un convenio y una justa participación y porcentajes de riesgos y ganancias y hacer una investigación seria, sobre todo para desalentar y ahogar esas fantasías que a veces se sostienen solo con decires”, manifestó.
En relación a la comunicación realizada por el buscador Wilson Samudio acerca del hallazgo de un posible tesoro bajo las vías del tren, Rubiani dice que en este caso al parecer se presentan argumentos sólidos. “Hay demasiada información que manejan los buscadores profesionales de tesoro. Hay informaciones que se fundamentan en mapas y sobre todo del Ferrocarril. Hay una profusa documentación que se le atribuye al vicepresidente Sánchez, que quedó a cargo del desalojo de Asunción decretado el 21 de febrero de 1868. Son 21 mapas, que deben ser indagados e investigados, que hablan de cosas increíbles. Todos estos documentos deben ser auditados en muchos aspectos, tanto en el papel, en la caligrafía y en el vocabulario que se utiliza”, alega.
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