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Acevedo apuntó que el presidente Cartes ya tenía dominio sobre la Cámara de Diputados, el Poder Judicial y la Fiscalía, cuyas autoridades están pendientes de sus órdenes, y ahora consiguió conquistar el último bastión que le faltaba que es la Cámara de Senadores.
Destacó que esa “conquista” la lograron de la peor manera, atropellando las normas legales y constitucionales, con el argumento de la mayoría, como hicieron antes en la Cámara de Diputados.
Sobre la nueva mesa directiva encabezada por Fernando Lugo (Frente Guasu), dijo que le deseaba éxito y que esperaba que retorne la armonía, ya que en las últimas semanas resultó muy difícil el manejo por las ausencias en las sesiones y en las reuniones de la mesa directiva. Manifestó también su esperanza de que la nueva mesa directiva no solo responda a los intereses del Ejecutivo, sino también a los de la ciudadanía.
Sobre la denuncia que presentaron 19 senadores ante la Fiscalía por las sesiones “mau” en la que modificaron el reglamento interno y aprobaron la enmienda, Acevedo dijo que continuarán, pese a que el resultado estaría cantado, dado que el Poder Judicial y la Fiscalía están sometidos a Cartes.
Apuntó que seguramente elegirán a un nuevo fiscal que responda a los intereses del Presidente y no a los del pueblo paraguayo, como debería ser.
Acevedo dijo que eran conscientes de que ahora continuarán las persecuciones, imputaciones y detenciones contra los opositores y contra todos los que consideren enemigos. Mientras a los “amigos” se les dará impunidad.
Destacó que lo que tenemos es una “dictadura moderna” y esa es la manera en que el Mandatario viene ejerciendo el poder. Señaló además que tiene “fieles” que lo siguen ciegamente, entre los que están inclusive liberales que son más fanáticos de él que algunos colorados. Lamentó la triste imagen que da la oposición incluyendo la izquierda que ayer nomás era considerada enemiga y hoy está abrazada al oficialismo.
Acevedo indicó que el gobierno habla de que impulsa obras públicas, pero el daño que están haciendo a la institucionalidad es gravísimo, ya que no existen garantías para los ciudadanos.