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Según las escrituras, Snead Amarilla fue quien pagó en efectivo casi G. 7.000 millones por la estancia ALFA en diciembre del 2008, mismo año en que Nicanor Duarte Frutos dejó de ser presidente de la República. La estancia es el principal patrimonio de la sociedad Espartillar SA que tiene un capital social de G. 5.000 millones y un capital integrado de G. 12.000 millones.
Como socio minoritario de la empresa aparecía Antonio López Acosta, un funcionario jubilado de la cancillería y quien en teoría aportó el 20% restante.
Snead no quiso responder la pregunta sobre el origen de los fondos que puso para la constitución de la firma y se mostró molesto por las consultas. Luego de varias reiteraciones, dijo que el dinero que puso era de su patrimonio privado. No escondió su disgusto, lo que empeoró incluso cuando se le recordó que era funcionario público y que si no había nada de malo, no debía existir molestia alguna por las consultas.
No quiso explicar cómo es posible que un funcionario público pudiera tener el dinero suficiente para integrar el capital, así como lo hizo.
La molestia de Snead empeoró cuando se le consultó si sabía los riesgos a los que se exponen quienes son utilizados como prestanombres.
El funcionario de Yacyretá enseguida dijo que se lo estaba acusando, aunque en ningún momento se le dijo que él era testaferro. “Tenés que saber los riesgos de que se te diga que no sabés hacer tu trabajo”, dijo en tono bastante molesto.
Cuando se le preguntó quiénes más pusieron fondos para la constitución, Snead dijo que hablemos con su abogado y cortó el teléfono. De hecho, se negó a contestar a todas las preguntas desde el momento en el que atendió la llamada.
En ningún momento contó siquiera quién era el abogado al que teníamos que dirigir nuestras preguntas.