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La insistencia de los senadores reeleccionistas de tratar la modificación del reglamento interno de la Cámara Alta, que allana el camino para habilitar el proyecto de la enmienda constitucional, tornó ayer el Senado en un espectáculo bochornoso que lo vio en vivo la ciudadanía a través de los medios de comunicación.
La primera escaramuza se dio entre los senadores Luis Alberto Wagner (PLRA) y Carlos Filizzola (Frente Guasu), quienes se cruzaron en una discusión que casi llegan a los golpes.
Wagner fue más allá e intercambió algunos golpes de puño a sus colegas Nelson Aguinagalde (ANR-oficialista) y Sixto Pereira (Frente Guasu). El senador liberal los trató de “sinvergüenzas” y “vendidos”.
Luego, los senadores Silvio Ovelar (ANR-disidente) y su colega Lilian Samaniego (ANR-oficialista) tuvieron un encontronazo verbal.
Otro hecho bochornoso fue la denuncia de la senadora Desirée Masi (PDP) de presencia de personas extrañas y aparentemente portando armas de fuego en la Cámara de Senadores. Esta situación generó incidentes y griterío.
El senador Eduardo Petta (independiente) pidió a los periodistas permanecer en el lugar, para ser garantes del proceso. Este hecho generó un fuerte cruce de palabras entre el senador cartista Carlos Núñez, y los legisladores colorados disidentes Enrique Bacchetta y Silvio Ovelar.
Un hecho por demás llamativo fue el ingreso a la sala de sesiones del comisario general inspector Enrique Isasi, actual director de Apoyo Táctico de la Policía Nacional. El uniformado custodió la “salida” al senador Velázquez, quien abandonó la sala.