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La operación comenzó a planificarse el domingo de noche, cuando policías del departamento Antisecuestro y efectivos de Inteligencia Militar que conforman la FTC localizaron el campamento de la Agrupación Campesina Armada (ACA) en un monte a orillas del río Aquidabán, en la zona conocida como San Rafael, en el límite natural ente los departamentos de Concepción y Amambay, a ocho kilómetros del centro del distrito de Yby Yaú.
Salieron “de franco”
Los uniformados detectaron la guarida al rastrear los pasos de los nuevos militantes del grupo que salieron “de franco” del monte, para visitar a sus familias.
Fue así como ayer de madrugada la zona del campamento quedó rodeada por dos pelotones de fusileros de la Policía y por otros dos pelotones de comandos militares, que en total eran 48 hombres. Además, la misión fue apoyada por 20 efectivos más que estaban de civil, de ambas fuerzas públicas.
El asalto al escondite se inició exactamente a las 05:30, cuando empezaba a amanecer, para evitar que los criminales pudieran reaccionar, como en la noche del 8 de diciembre de 2013, cuando mataron en un operativo similar a dos militares en Arroyito.
Ni bien detectaron a los elementos de la FTC, los cuatro miembros de la ACA, que habían estado aún durmiendo en sus hamacas y en el suelo, empuñaron sus armas e iniciaron una balacera, que concluyó con la muerte del líder de la gavilla, Alfredo Jara Larrea (25), alias José Villaverde, así como la de sus ayudantes en el mando, Mariano López Velázquez (21), alias Fredi Romero; Antonio Ovelar González (18), alias Beto Giménez, y Gustavo Efrén Aquino Rodas (24), alias Mbopi. Jefes policiales y militares de la FTC aseguraron que con estas cuatro bajas la ACA queda “descabezada”, aunque la familia de Jara Larrea alentó en Concepción a los prófugos que quedan.
Millonarias extorsiones
La Agrupación Campesina Armada (ACA), que ayer fue descabezada por la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) en Yby Yaú, es una gavilla seudoguerrillera que se desprendió a inicios del 2014 del otro grupo armado del Norte, el autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), que a su vez mantiene secuestrados al policía Edelio Morínigo Florenciano y al menonita Abrahán Fehr Banman.
El primer golpe de la ACA, cuando aún operaba con el nombre de Segundo Cuerpo del EPP, fue el 8 de diciembre de 2013, en Arroyito, donde sus miembros mataron a dos militares que conformaban un equipo táctico que pretendía desmantelar el campamento de los delincuentes.
Desde entonces, los hermanos Alfredo y Albino Ramón Jara Larrea –ambos ahora ya fallecidos– empezaron a reclutar principalmente a menores de los asentamientos campesinos de los distritos de Horqueta y Yby Yaú, aunque últimamente migraron hacia la ciudad de Santa Rosa del Aguaray.
Desde hace dos años, la ACA se financiaba fundamentalmente con secuestros exprés y extorsiones, como los del ganadero Hernán Silva Smith, a quien le sacaron nada menos que G. 1.300 millones en efectivo, según se confirmó en un video que grabaron los propios terroristas exhibiendo la plata.
El estanciero Rogelio Carrillo fue otro de los que aparentemente siempre eran obligados a pagar un “impuesto revolucionario”.