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Las Fuerzas Armadas de la Nación (FF.AA.), a través de las Fuerzas Militares (FF.MM.), utilizan regularmente el equipo de inteligencia asignado para operativos contra el Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) para controlar e informar sobre actividades civiles y hasta religiosas.
Después de conocerse la presencia secreta de equipos de inteligencia en la marcha estudiantil de setiembre 2015, en la protesta del Partido Paraguay Pyahurã (PPP) y las elecciones municipales en la Capital, aparecen más órdenes de servicios de infiltrados militares entre civiles.
La Dirección General de Inteligencia de las FF.MM., el año pasado infiltró militares en la huelga general, manifestaciones, en las actividades religiosas de Caacupé, en la Cumbre del Mercosur. Estuvieron también entre los ocupantes de la propiedad de la Escuela de Infantería en Chaco’i. El comisionamiento para las citadas actividades fue por 21 días, del 03/12/2015 al 23/12/2015.
Según las órdenes de servicio firmadas por el exjefe de inteligencia entonces coronel Martín Cáceres y actual director de Inteligencia de FF.MM., coronel Mario Rubén Rodríguez, el equipo de informantes (con jefe incluido) estuvo como mínimo por tres meses seguidos en la Capital, cuando debieran estar en zonas de influencia del grupo insurgente.
Cabe recordar que el trabajo de inteligencia militar es “recabar” información y alertar sobre posibles crisis o levantamientos. Según el organigrama de FF.MM., su objetivo es “constituirse en un órgano asesor del comandante de las FF.MM. y del jefe del Estado Mayor Conjunto”, es decir, trabaja directamente con el cuestionado comandante general Luis Gonzaga Garcete.
“Es inconstitucional”, dijo el abogado constitucionalista Eusebio Ramón Ayala al referirse a las actividades militares secretas en actos civiles.
¿Qué información tan importante podría surgir de una marcha estudiantil o de entre los fieles de Caacupé, que atente contra la soberanía nacional que toca resguardar a los militares para que Gonzaga Garcete utilice “su órgano asesor” para vigilar la actividad de los jóvenes y otros actos civiles transgrediendo la Constitución?
Las órdenes firmadas por los jefes de inteligencia invocaron la primera directiva de operaciones del comandante en Jefe, Horacio Cartes, para los “trabajos inherentes a esta dirección”. Según el abogado del jefe militar, Mario Elizeche, la directiva del Presidente era para desplegar militares en Concepción y San Pedro, pero se aplicó en Central y en otros departamentos no incluidos. Sin embargo, como el jefe de FF.MM. se debe al Comandante en Jefe, por la cadena de mando le informa de todos sus procedimientos, hecho que él mismo confirmó en varias ocasiones.
Elizeche dijo que el responsable directo “es Martín Cáceres porque él firmó la orden”. Sin embargo, este como el actual jefe de inteligencia son subordinados de Gonzaga Garcete.
MIENTRAS, EPP ACTUABA
Mientras los militares de inteligencia se abocaban a identificar posibles “peligros” que pudieran surgir en actividades civiles legítimas, el EPP se adjudicaba ataques en el Norte.
Durante los tres meses seguidos en que un equipo de inteligencia militar “monitoreaba y acompañaba” marchas, huelgas, cumbre y misas, el grupo criminal se adjudicaba todo tipo de atentados en sus zonas de influencia.
Entre los hechos atribuidos al EPP, mientras se vigilaba en Asunción, está la muerte de un tractorista y un motosierrista asesinados a tres mil metros del lugar donde la banda criminal había incendiado maquinaria dos semanas antes. Hubo enfrentamientos a tiros, toma de rehenes y otros.