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La institución castrense pese a algunas ventas o expropiaciones a favor de campesinos continua teniendo una gran cantidad de tierra. El carácter latifundista de las FF.AA. es una herencia de una fuerza militar ampulosa y desfazada que debe ser urgentemente reorganizada, señalaba un tiempo atrás un oficial general con quien conversamos.
Si bien es cierto que las FF.AA. necesitan de amplios espacios para las prácticas, como tiros de morteros, de cañones, adiestramientos de aviación, etc., la cantidad de tierra que tiene bajo su control excedería sobradamente de lo que realmente requiere.
Las extensiones más grandes de inmuebles en manos de militares están en el Chaco. Según los datos, en Mcal. Estigarribia el III Cuerpo de Ejército y la 6ª División de Infantería poseen unas 50.000 hectáreas. En Central, en plena zona urbana de los municipios de Capiatá y Areguá, la Academia Militar Mcal. Francisco Solano López ocupa alrededor de 150 hectáreas. También está la estancia El Pedernal con 31.307 hectáreas en el Norte de Presidente Hayes. Un dato llamativo es que la milicia no tiene los títulos de propiedad de muchos de los inmuebles en su poder, según una fuente militar.
El dominio de grandes extensiones de tierra por parte de los militares es también una fuente de corrupción que no habría sido superada. Eso se debe a que los inmuebles pueden ser –y lo siguen siendo– alquilados. Años atrás se ha denunciado manejos discrecionales en el arrendamiento de terrenos a productores sojeros que habrían beneficiado a varios jefes militares. Inclusive grupos de campesinos habían invadido un terreno de las FF.AA. ubicado en Itapúa y lo alquilaron a colonos brasileños. Un decreto firmado por el presidente González Macchi dio visos de legalidad a esta práctica, ya que dispuso que tanto inmuebles, maquinarias e infraestructuras de las FF.AA. podrán ser alquiladas.
Compensación
Las FF.AA. ahora pedirán compensación en casos de nuevas expropiaciones de sus tierras, según anunció el ministro de Defensa, Gral. (SR) Soto Estigarribia.