Exportación de la revolución iraní desde la Triple Frontera

Junto con “borrar a Israel da la faz de la Tierra”, exportar la revolución es un objetivo declarado y primordial de la República Islámica de Irán desde su fundación en 1979. La creación del Hezbollah a mediados de los años 80 en el sur del Líbano fue una de sus primeras grandes movidas en esa dirección. Casi paralelamente, se inició un paciente trabajo en esta parte del mundo, donde establecerían toda una red doctrinaria y operativa.

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Por varias razones, América Latina es el lugar ideal para la exportación de la revolución iraní fuera del Medio Oriente. Un sitio donde prende con facilidad la retórica del resentimiento antiimperialista, el discurso demagógico de los oprimidos, donde hay una considerable y creciente población musulmana, como así también una amplia comunidad judía como blanco potencial, todo eso muy cerca del otro archienemigo, Estados Unidos.

Pero en el Cono Sur hay un condimento especial. En lo que se conoce como Triple Frontera se estableció una importante colectividad chiita por efecto de una nueva gran oleada de inmigrantes que huyeron de la guerra civil (1975-1990) y los conflictos armados en el Líbano.

Los chiitas

Para ponerlo en contexto, la religión musulmana tiene dos grandes corrientes, la chiita y la sunita, división que se originó por diferencias de criterio sobre la sucesión del profeta. Los chiitas son minoría, alrededor del 15% del total, y se consideran los marginados del Islam. Solo son mayoría en Irán, que es la antigua Persia, y en lugares como Azerbaiyán, y tienen una importante presencia en Líbano, en una relación de 40-60 dentro de la población musulmana, concentrados en el sur del país, donde prácticamente gobierna el Hezbollah de la mano de Irán.

Tener en América del Sur un asentamiento chiita no puede ser más apropiado para los objetivos de Irán y del Hezbollah, tanto para sus fines proselitistas en términos religiosos y políticos como para mimetizar a elementos radicalizados y establecer una plataforma operativa y logística de adoctrinamiento, entrenamiento, financiación y ejecución de atentados.

Con el tiempo el Hezbollah también se involucró directamente en actividades ilícitas y hay evidencias de que actualmente trabaja en sociedad y provee servicios a las mafias locales, pero de eso nos ocuparemos en próximos artículos.

Mohsen Rabbani

Este proceso tiene un punto de partida con nombre y apellido: Mohsen Rabbani, un clérigo iraní que llegó a Buenos Aires con una visa de turista en 1983 y se quedó catorce años, a lo largo de los cuales se le atribuye haber creado una amplia red de inteligencia y actos terroristas desde la mezquita At-Tauhid, en el barrio bonaerense de Floresta, con eje en la Triple Frontera.

Rabbani está sindicado como el ideólogo y jefe ejecutivo del terrible atentado a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en 1994, con 87 muertos y 300 heridos y pesa sobre él una orden internacional de captura. Volvió a Irán en 1997, donde actualmente es representante personal del supremo líder del país, profesor en la Universidad Internacional Al-Mustafá en la ciudad de Qom y director del Instituto Cultural Islam Oriente, también conocido como Andisheh Shargh, dedicado a divulgar el islamismo al público de habla hispana. Según algunos reportes, supervisó la instrucción de 1.000 estudiantes latinoamericanos entrenados en Irán entre 2007 y 2013.

Otra figura importante en el proyecto de exportación es el sheik Taleb Hossein al-Khazraji, quien llegó a Brasil en 1989. Comenzó en la Mesquita Mohammad Mensagerio de Deus en São Paulo y hasta hoy encabeza una amplia tarea misionera como líder religioso de la Mesquita do Bras y director del centro cultural de la Associação Religiosa Beneficente Islamica do Brasil y de Arresala, Centro Islamico no Brasil, y tiene activa presencia en la Triple Frontera.

Tanto Khazraji como Rabbani son citados en el informe de 2013 del fallecido –probablemente asesinado– fiscal Alberto Nisman. De Khazraji dice que responde al gobierno iraní y se ocupa de reclutar a creyentes altamente politizados para la causa de Teherán.

También ambos fueron involucrados con Abdul Kadir, un político de Guyana, convertido al islamismo, que cumple cadena perpetua en Estados Unidos por participar en un complot en 2007 para volar tuberías y tanques de combustible en el aeropuerto John F. Kennedy de Nueva York.

Visitas y entidades

Clérigos chiitas iraníes y libaneses llegan permanentemente a la Triple Frontera para reforzar su presencia. Algunos ejemplos recientes son Mohammadi Araghi, director del seminario para extranjeros de la Universidad Al-Mustafá; Seyed Hassan Khomeini, nieto del ayatollah y padre de la revolución Ruhollah Khomeini; Mohsen Qomi, famoso miembro de la Asamblea de Expertos de Irán, y Seyed Ahmad Fadlallah, hijo del fallecido Gran Ayatollah libanés Seyed Mohammad Hussein Fadlallah,

Todos estos clérigos, y muchos que residen en la zona, como el sancionado por Estados Unidos por terrorismo Bilal Mohsen Wehbe y el sheik Ghassan Youssef Abdallah, hermano de otro sancionado, Mohammad Youssef Abdallah, son considerados emisarios políticos de la revolución islámica.

Cultivan lealtad y reproducen modelos, como el caso del Groupo Escoteiro Libanese Brasileiro, que funciona en muchas ciudades de Brasil como un espejo de los scouts “Mahdi” del Hezbollah en Líbano.

arivarola@com.py

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