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“Hace unos años –escribe Jorge Azar–, cuando aún era presidente, el Dr. Tabaré Vázquez manifestó desde Nueva York que si bien respetaba las decisiones de su partido, no estaba de acuerdo con la candidatura de Mujica y que no comparte los dichos de Mujica publicados en ‘Pepe coloquios’, pues acostumbra a decir estupideces”.
“Pasó el tiempo y hoy, con asombro y estupor, nos enteramos de que el canciller Almagro, por una circular emitida el 9 de julio y que se mantenía en “secreto”, prohibió a los embajadores uruguayos todo “contacto personal” con diplomáticos de Paraguay o cualquier otro tipo de actos que implique un reconocimiento al gobierno del presidente Federico Franco”, dice Azar-Gómez.
“Vemos que pasaron los años luego de que el expresidente Vázquez hiciera las declaraciones en Nueva York, pero las estupideces siguen guiando el camino de este gobierno y en especial de nuestra Cancillería, (estupidez: dicho o hecho propio de un estúpido), (estúpido: necio, torpe, falto de inteligencia ), que por lógica está orientada por estúpidos”, dice el diplomático uruguayo.
“Nos preguntamos –continúa– ¿nuestra política exterior puede estar dirigida y embarrada por necios, torpes y faltos de inteligencia?
El presidente Mujica y su partido político tendrán en sus manos la resolución de la necesidad de cambiar el equipo que maneja la política exterior, por respeto a la imagen del País y la oposición que esto se cumpla.
Es que Cancillería consumó otro acto de sumisión, perversidad y arbitrariedad para con los funcionarios del servicio exterior, a quienes exponen a situaciones violentas no practicables en el mundo diplomático.
Un acto de semejante ‘estupidez’ no se vio ni durante el gobierno militar, cuando Uruguay y Venezuela tenían las relaciones suspendidas por lo acontecido con Elena Quinteros.
En esa época, cuando Venezuela o Uruguay organizaban una reunión social, ambas delegaciones se cursaban invitaciones para su asistencia y estando el canciller en Nueva York, en las recepciones que ofrecía el Presidente de Venezuela, su delegación invitaba al canciller y al representante ante ONU.
Lo mismo sucedía con el representante diplomático de Uruguay en Venezuela, quien era tratado con consideración y respeto.
Sepa señor canciller que en las relaciones diplomáticas (Uruguay mantiene relaciones diplomáticas totales con Paraguay) no se admiten estupideces, esto es una arbitrariedad barata o en caso contrario están probando hasta dónde aguanta el pueblo.
Esto se gestó en el Jockey Club argentino o en el restaurante ‘Rara Avis’ donde el Canciller Almagro, y los embajadores Pomi y Baraibar, elaboran estrategias en medio de opíparos y caros almuerzos acompañados por selectos vinos, que finalmente pagamos nosotros”, destaca el diplomático.