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“Bolivia nunca ha agredido a nadie y nunca agredirá a nadie, pero también es obligación defendernos si hay agresión de carácter territorial”, señaló el mandatario durante un acto de reconocimiento a un centenario combatiente de la guerra del Chaco (1932-35) que enfrentó a Bolivia y Paraguay.
“Ahora estamos en tiempo de integración y no de confrontación como insinúan seguramente algunos intereses económicos”, sentenció el mandatario, al referirse a la mencionada guerra como “un conflicto muy ajeno a los pueblos de Sudamérica”, originado en la riqueza petrolera boliviana. Subrayó el carácter pacifista del Estado boliviano, reconocido explícitamente en la Constitución aprobada en 2009 y alentada por Morales. “Estamos en otros tiempos, en tiempos de paz. Si hubiera algún conflicto (hay que) resolverlo mediante el diálogo”, anotó Morales al recordar que en el pasado “transnacionales, ciertos monopolios, oligarquías nacionales promovieron confrontaciones” entre las naciones de la región. Morales aludía a las observaciones realizadas semanas atrás por la ministra de Defensa de Paraguay, María Liz García, respecto a qué países vecinos como Bolivia invirtieron sumas millonarias en la modernización de sus FF.AA. y la fortificación de sus fronteras con la ayuda.