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El argumento del Ejecutivo es “implementar el uso” de un vestuario del funcionario público más adecuado y cómodo “para paliar las altas temperaturas” que se dan en el periodo del 21 de diciembre al 20 de marzo.
El decreto establece que cada entidad u organismo del Estado deberá elaborar y aplicar los reglamentos para la utilización de prendas de vestir más adecuadas para la temporada del verano.
En el considerando del decreto se destaca que “el Ejecutivo considera oportuno facultar a los organismos y entidades del Estado a reglamentar el uso de las prendas de vestir de los funcionarios públicos” para la temporada veraniega. Agrega que dispone “se implemente la utilización de las que sean más adecuadas y cómodas para paliar las altas temperaturas, como prescindir de sacos y corbatas, entre otros, lo cual será reglamentado en cada institución, manteniendo el decoro necesario”.
Cartes alega el artículo 238, numeral 1, de la Constitución que le faculta “a dirigir la administración general del país”.
No es la primera vez que en la función pública se implementa un vestuario menos formal al traje, la vestimenta habitualmente utilizada pero inadecuada para los tiempos de altas temperaturas en el país. Durante el gobierno del presidente Juan Carlos Wasmosy se impulsó el uso de camisas elaboradas con ao po’i, aunque fue con un fin más bien de promoción de la tradicional tela paraguaya. También en algunas administraciones municipales se ha promovido el uso del ao po’i.
La formalidad del vestuario del funcionario público suele ser criticada por no ser apropiado para las épocas estivales.