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El Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), claramente, viene marcando la hoja de ruta del presidente de la República Horacio Cartes.
Desde el día en que Cartes ganó las elecciones generales, el 21 de abril de 2013, el EPP ya se hizo sentir con dos ataques consecutivos, uno contra la comisaría de Kurusu de Hierro, y otro contra una caravana policial en la que murió un suboficial.
Después, ni bien asumió oficialmente el actual Mandatario, en agosto de ese mismo año, los criminales reaparecieron con mayor fuerza, en una estancia de Tacuatí, donde hubo cinco asesinados y con una serie de ataques a vehículos policiales.
El primer golpe de lo que actualmente se conoce como EPP se produjo en diciembre de 1997, cuando la llamada “banda de Choré” intentó asaltar la sucursal del Banco Nacional de Fomento (BNF) de aquella ciudad del departamento de San Pedro. Desde entonces, los criminales acumulan al menos 126 ataques que se hicieron públicos (hubo varios otros que no fueron siquiera denunciados por miedo).
El patrón de conducta del EPP se volvió mucho más radical desde que Cartes creó de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC), que es un bloque conformado principalmente por militares y policías, pero que acumula cada vez más fracasos antes que logros.
En síntesis, desde que Cartes ganó las elecciones, ya hubo más ataques del EPP de los que se reportaron en los 16 años anteriores a la gestión presidencial actual.
De los 12 secuestros importantes que cometió la banda, ocho fueron en este gobierno.
Otro dato relevante es que antes de que Cartes emprendiera la lucha contra la banda armada, no había muerto ni un militar. Hoy suman 11 efectivos castrenses fallecidos.