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TACUATÍ, Dpto. de San Pedro (Omar Acosta, corresponsal). Las víctimas fueron identificadas como Eladio Pavón Acosta (39), oriundo de Puerto Antequera, quien se desempeñaba como encargado del retiro Laguna Hû, ubicado a 25 kilómetros de la Ruta III, y los peones Edison Ramón Aguilar Román (27) y Cipriano Julián López Cristaldo, quienes supuestamente fueron ultimados en la tarde del lunes.
Sin embargo, recién ayer alrededor de las 14:30, otro empleado del establecimiento que llegó al sitio halló los cadáveres tirados en el suelo boca abajo, uno a lado del otro con varios impactos de bala, a unos 30 metros del retiro.
“Inclusive, uno de ellos quedó con un cigarrillo entre los dedos de la mano derecha, señal de que los trabajadores fueron tomados por sorpresa y ejecutados en el acto”, señalaron los investigadores.
Los criminales también quemaron el retiro con una gran cantidad de herramientas en su interior, a más de dos motocicletas y un tractor.
Al lado de los cuerpos, los asesinos dejaron dos panfletos, en los que nuevamente prohíben la deforestación, el cultivo de semillas transgénicas, el uso de agrotóxicos, el ingreso a los montes, entre otros. El no cumplimientos de estas disposiciones será castigado con la muerte, amenazaron.
De acuerdo a las primeras inspecciones efectuadas por los agentes de Criminalística, los cuerpos presentaban una rigidez cadavérica de más de 20 horas, por lo que se puede deducir que el ataque se produjo el lunes, dijeron.
Cultivos de marihuana
De acuerdo a algunos lugareños, los montes aledaños al retiro Laguna Hû están repletos de cultivos de “macoña”, protegidos por los miembros del EPP. Aparentemente los trabajadores fueron asesinados debido a que permanentemente ingresaban a los montes para extraer rollos y en cualquier momento iban a descubrir las plantaciones de la droga.
Inclusive, los administradores del establecimiento ya habrían sido amenazados por el mismo hecho, por lo que abandonaron el lugar y se instalaron en la zona de Pedro Juan Caballero, sin efectuar ninguna denuncia.
Tras el hallazgo, una fuerte dotación de miembros de la FTC irrumpió en el sitio y con la autorización del fiscal Carlomagno Alvarenga, trasladaron los cuerpos al Hospital General de Santa Rosa de Aguaray, para ser sometidos a la autopsia, por el forense Pablo Lemir, informaron los uniformados. Con esto llega a 43 las víctimas del grupo armado que opera en el norte del país.