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A las 14:35 de ayer, Ibar Pérez Corradi subió esposado al avión TC-54 de la Fuerza Aérea Argentina, que aterrizó momentos antes en el Grupo Aerotáctico de Luque.
El traslado del criminal, desde la FOPE, donde estaba recluido, se hizo en medio de un fuerte dispositivo de seguridad.
En Buenos Aires, centenares de periodistas ya aguardaban la llegada del criminal más buscado de ese país y que, a la vez, era uno de los 10 principales objetivos de Interpol en toda América Latina.
La extradición fue concretada solo cuatro días después de que el criminal, de puño y letra, pidiera en una nota dirigida al juez Julián López Aquino que agilizara el proceso.
Fue así que ayer de mañana la fiscala Sandra Quiñónez pidió que se aplicara la figura del criterio de oportunidad a favor de Pérez Corradi, en la única causa que afrontaba en nuestro país, por el uso de la cédula y el pasaporte originales pero de contenido falso, lo que después fue resuelto por el juez Óscar Delgado.
El repentino cambio de Pérez Corradi, que antes se mostraba renuente a ser extraditado a su país, se debió a que en el exhorto de la justicia argentina, remitido a las autoridades paraguayas, solo figuran dos de los cuatro procesos que tiene pendientes en Buenos Aires.
Entonces, al allanarse a la extradición, Pérez Corradi podrá ser juzgado en su país solamente por esas dos causas específicas y no por las cuatro que le abrieron, con lo que eventualmente podría ser favorecido con una condena más leve.
Además, el narco negoció con el Gobierno argentino ciertos privilegios para él y su familia paraguaya, a cambio de colaborar para desbaratar la rosca corrupta que lo protegía anteriormente y que estaba ligada al gobierno kirchnerista.
Una carta compromiso, firmada por la ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, dice que su gobierno no va a alojar a Pérez Corradi en ninguna cárcel siempre y cuando este suministre información valedera en las causas que afronta.
Pérez Corradi fue capturado el 19 de junio pasado, en Foz de Yguazú, Brasil, por elementos de la Policía Civil local, aunque con información suministrada por el oficial inspector Fredy Duarte y el oficial primero Celso Paredes, de la Policía paraguaya, que fueron comisionados exclusivamente para localizar al criminal.
Su concubina paraguaya, María Gladys Delgado Brítez, denunció ayer en el Grupo Aerotáctico que los mismos policías paraguayos que los protegían en la Triple Frontera la amenazaron para que no los delatara ante el Ministerio Público.
En un audio divulgado por ABC Color, la mujer decía que iba a reconocer perfectamemente a los agentes de Interpol que le sacaron plata a su pareja, pero después ante la Fiscalía no se animó a dar sus nombres, presuntamente ya a raíz de las amenazas que sufrió de parte de los citados agentes.
PRINCIPALES MOMENTOS DE SU “ESTADÍA” EN EL PAÍS
- 29 de marzo de 2012: Ibar Esteban Pérez Corradi ingresa a territorio paraguayo, en fuga de Argentina.
- 29 de mayo de 2015: Pérez Corradi y su mujer paraguaya, María Gladys Delgado Brítez, son capturados por Interpol, en Ciudad del Este, y liberados tras pagar 100.000 dólares.
- 4 de agosto de 2015: La Policía otorga una cédula a Pérez Corradi, a nombre de un fallecido.
- 16 de octubre de 2015: La Policía otorga un pasaporte a Pérez Corradi, a nombre de un fallecido.
- 12 de febrero de 2016: Se propaga un falso rumor sobre la detención del criminal en Paraguay.
- 19 de junio de 2016: Ibar Pérez Corradi cae preso en su departamento de Foz de Yguazú, Brasil, y es entregado inmediatamente a la Policía del Paraguay.
- 25 de junio de 2016: María Gladys Delgado Brítez, concubina de Pérez Corradi, revela en un audio que fueron extorsionados por policías paraguayos y que pagaban por protección.
- 29 de junio de 2016: El narco argentino, en su declaración ante la Fiscalía, por el caso del audio filtrado, sindica al árabe José Mohanad Khalife como su “jefe” y líder de la mafia fronteriza, aunque también delata a los policías que lo extorsionaban.
- 5 de julio de 2016: Ibar Esteban Pérez Corradi termina extraditado a Argentina, luego de permanecer escondido en Paraguay por más de cuatro años.