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Jorge Alfonso Ramírez, miembro y ex presidente de la Asociación Paraguaya Racionalista (APRA), sostiene que nuestro país nunca tuvo una tradición del desarrollo del pensamiento crítico. "No hemos tenido un marco cultural apropiado para que se desarrolle el pensamiento crítico y racionalista. Más bien tenemos un fondo histórico dominado por imposiciones doctrinales de carácter religioso y político", asegura.
Los antecedentes hablan por sí solos. En el año 1863, el dictador Francisco Solano López ordenó reimprimir el Catecismo de San Alberto que era un texto que había sido escrito por el obispo de Tucumán, José Antonio de San Alberto, para inculcar en los niños la sumisión al Rey.
Durante su mandato, los maestros estaban obligados a cambiar la palabra "Rey" por "Presidente" y, según refiere Jorge Alfonso, el objetivo era inculcar la autoritaria y abusiva idea de que el Presidente era impuesto "por deseo de Dios".
Roberto Nunes, también miembro de APRA, coincide en señalar que nunca existió una corriente racionalista en la historia del Paraguay, pero sí enfrentamientos a favor del pensamiento libre. Resalta que la Iglesia Católica jugó un rol valioso en la construcción de la educación y cultura en toda América Latina, imponiéndose duramente en muchos países y descartando toda posibilidad de surgimiento del racionalismo.
"La Iglesia Católica es de orden totalitario, radicalmente antiliberal y antilibertario, y como toda organización religiosa es de carácter dogmático y antirracionalista. No hubo ni puede haber racionalismo en ese contexto", afirma.
Disputas intelectuales
Nunes, sin embargo, añade que hubo algunas disputas intelectuales a favor del libre pensamiento. Los protagonistas de los enfrentamientos fueron los masones y el padre de la Iglesia Católica paraguaya, Juan Sinforiano Bogarín. Los primeros encontronazos se dan durante la posguerra de 1870. Aunque los combates reales se registran a comienzos del siglo XX, con la libertad de culto como uno de los temas centrales.
"Juan Sinforiano Bogarín, el padre de la Iglesia paraguaya comienza a tener problemas con los liberales y liprepensadores por el registro civil a finales de 1800 y comienzos de 1900. Ya que anteriormente, las personas nacían y se inscribían en la parroquia más cercana, no había la separación entre Iglesia y Estado. Era natural que el niño se inscriba en los registros del catolicismo, porque recién allí nacía para la sociedad. Entonces, esto choca contra los preceptos dogmáticos y Bogarín intenta frenar el proyecto del Registro Civil", refiere.
Para Nunes, el establecimiento del registro civil no puede considerarse una victoria del racionalismo, ya que el Estado laico, aunque esté vigente, no se efectiviza, puesto que los fondos públicos van a parar como subsidios a parroquias, escuelas católicas y ONG de esta religión.
La lucha por el "divorcio vincular" también enfrentó a librepensadores y dogmáticos durante gran parte del siglo pasado en el Paraguay.
Primer grupo racionalista
La Asociación Paraguaya Racionalista (APRA) es la primera organización racionalista, de pensamiento crítico y escéptico en el Paraguay que nació recién en el siglo XXI. Sus actividades son escasas, debido a la falta de recursos económicos con que cuenta la organización.
Sin embargo, los éxitos de un programa radial semanal, los cursos sobre pseudociencias y religiones seculares, además de congresos sobre Estado laico y la campaña de apostasía hicieron cobrar notoriedad y pusieron en agenda a la nucleación en los últimos años.
Para los escépticos, hay mucho trabajo aún por hacer en Paraguay para derribar el pensamiento religioso que influyó en el atraso del país. "Hay tres caminos: educación, educación y educación. Además, la gente no lee. Y es enorme el porcentaje de analfabetos funcionales. Debería haber más bibliotecas y menos iglesias. El conocimiento de la realidad responderá suficientemente sobre el porqué de la persistencia de las creencias irracionales en nuestro tiempo. La separación efectiva y no simplemente nominal de la Iglesia y el Estado será otro paso fundamental", concluye Jorge Alfonso.
El pensamiento mágico y la superchería siguen siendo perniciosos; desde la prohibición de transfusiones de sangre entre los miembros de Testigos de Jehová hasta los exorcismos entre tribus indígenas o urbanas que provocan la muerte. "La Iglesia Católica es la más peligrosa entre las que promueven el dogmatismo en Paraguay, porque contamina las mentes de niños y jóvenes con pensamiento mágico", puntualiza Roberto Nunes.
Filosofía de la ciencia
APRA nació a principios del 2007 con la finalidad de divulgar el pensamiento crítico en el Paraguay. Defiende un racionalismo basado en la epistemología de los filósofos de la ciencia Karl Popper y Thomas Kuhn, la idea de la razón como elemento fundamental para interrogar, interpretar y comprender la realidad en el Universo. No propugna la defensa de una verdad absoluta, sino el alto grado de conocimiento en la veracidad de los objetos del mundo circundante.
Desde su fundación, APRA mantiene el programa periodístico "Observatorio racionalista", que se emite los sábados por Radio 1000 para difundir entre la opinión pública sus pensamientos y objetivos.
Fue la primera organización racionalista que lideró también la campaña de apostasía "No en mi nombre", pidiendo la salida formal de varios ciudadanos de los registros de la Iglesia Católica paraguaya. A esta iniciativa se sumaron decenas de personas en todo el país que pidieron la renuncia a la fe católica en un pueblo marcadamente religioso y conservador.
Supercherías y pseudociencias
Las principales supercherías derivan de las creencias religiosas imperantes. Un ejemplo emblemático es la "imposición de manos" entre los carismáticos destinada a la supuesta cura de enfermedades o la "expulsión de demonios". En esa misma línea de superchería se encuentra la creencia de que se puede causar daño a otro invocando espíritus o fuerzas ocultas.
La ignorancia es el caldo de cultivo de toda creencia supersticiosa o superchería. La incapacidad para abordar críticamente determinadas cuestiones tiene que ver con atavismos culturales activos. Incluso, personas aparentemente bien formadas y educadas mantienen y defienden creencias supersticiosas. Están las supercherías sin contenido religioso y que han tenido difusión mediática importante como el caso del reiki, por ejemplo.
El psicoanálisis es la principal pseudociencia vigente en Paraguay, pero no la única. La situación se da de manera tal que un buen porcentaje de los psiquiatras ha sido formado como psicoanalista. La astrología es otra pseudociencia (que no hay que confundir con Astronomía), la programación neurolingüística y, por supuesto, la homeopatía, que es la mejor combinación de estafa y disparate.
1 En el año 1863, el dictador Francisco Solano López ordenó reimprimir el Catecismo de San Alberto, que era un texto que había sido escrito por el obispo de Tucumán, José Antonio de San Alberto, para inculcar en los niños la sumisión al Rey.
2 La creación del Registro Civil y la lucha por el "divorcio vincular" también enfrentó a los librepensadores y dogmáticos durante gran parte del siglo pasado en el Paraguay. Solo en este siglo XXI aparecen los racionalistas.
3 La actividad más reciente es la campaña de apostasía "No en mi nombre" que exige la salida formal de varios ciudadanos de los registros de la Iglesia Católica paraguaya en todo el país mediante la renuncia a la fe cristiana.