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Los policías asesinados fueron el jefe de la citada unidad, el suboficial mayor Agustín Romero (40), y los dos subalternos que trabajaban con él, el suboficial primero Crispín Rojas Pereira (34) y el suboficial primero Roque Salinas Salinas (28), todos oriundos del departamento de San Pedro.
La cocinera del puesto policial, Rosa Meza, dijo que los tres agentes salieron de la unidad a las 08:00, como para cargar combustible a su patrullera y hacer un recorrido por la zona del asentamiento Curupayty. Incluso, el jefe Agustín Romero le encargó a la cocinera que preparara un caldo ava, porque tenían pensado regresar antes del mediodía.
Sin embargo, los tres efectivos del puesto policial jamás volvieron, porque fueron emboscados en un camino rural de su jurisdicción, a 10 kilómetros del puesto policial, en el asentamiento Agüerito, justo en un área donde había carteles señalizadores y un montículo de tierra producto de la preparación del suelo para la pavimentación en curso.
La tierra amontonada obligó a los agentes a reducir la velocidad de su móvil, que fue aprovechada por los tres francotiradores del grupo armado que sería el EPP, quienes dispararon al menos 150 tiros contra el vehículo, con fusiles FAL calibre 7.62 y Galil y M-4 calibres 5.56.
Romero acusó 15 impactos de bala, Rojas Pereira 18 tiros y Salinas Salinas, tres, según los intervinientes.
Un testigo
Luego de eliminar a los uniformados, los tres delincuentes, apoyados presuntamente por otros cinco hombres, todos vestidos con uniformes de camuflaje y botas de lluvia, sacaron los cuerpos del vehículo y le prendieron fuego a la patrullera. Toda la acción fue presenciada por varios testigos que justo pasaban por el lugar, pero que optaron por retroceder al notar lo que pasaba.
Zona de narcos
La zona de Yaguareté Forest, donde ayer ocurrió el triple homicidio, es un área de varios asentamientos campesinos colindantes con un vasto territorio manejado por importantes facciones de narcotraficantes. A solo 10 kilómetros, ya en el departamento de Amambay, la Senad había decomisado el 15 de noviembre del año pasado una carga de 530 kilos de cocaína en una pista clandestina de Karapã’i, uno de los supuestos territorios controlados por la red del diputado colorado suplente Carlos Rubén Sánchez Garcete, alias “Chicharõ”.
De hecho, fuentes de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) admitieron ayer que se maneja la hipótesis de que el EPP se habría aliado con las redes de narcos para actuar de sicarios contra los organismos de seguridad, en el marco de una represalia por la serie de incautaciones de drogas registradas en la zona en los últimos meses y por el reciente decomiso de 22 narcoavionetas.