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Los dos principales sospechosos de haber vendido la cédula y el pasaporte paraguayos al famoso criminal argentino Ibar Esteban Pérez Corradi ya quedaron arrestados desde ayer en la Agrupación Especializada.
Luego se confirmó la intervención de la fiscala Sandra Quiñónez para investigar el caso, quien imputó a ambos anoche, por producción de documentos no auténticos, producción inmediata de documento público de contenido falso y cohecho pasivo agravado (coima). Pidió que queden en prisión, situación que hoy será determinada por un juez.
Los detenidos son el suboficial primero David Nicolás Benítez Meza, de la Oficina Regional de Identificaciones en Benjamín Aceval, y el suboficial primero Luis González González, de la División Dactiloscopia de la oficina central de Asunción.
El primero le habría tomado la foto y las huellas a Pérez Corradi en la clandestinidad y el segundo habría implantado las huellas del criminal en el prontuario del fallecido Walter Miguel Ortega Molinas. Los efectivos fueron acusados por su propio jefe, el también destituido comisario principal Gilberto Gauto, quien, por su parte, deberá afrontar una investigación de Asuntos Internos.
El abogado del narcotraficante Pérez Corradi, Carlos Broitman, también dijo ayer desde Buenos Aires que su cliente sigue en Paraguay y reveló que un grupo paramilitar quiso matarlo en Ciudad del Este.
Añadió que Pérez Corradi tiene intenciones de entregarse, pero con garantías, ya que “no quiere que lo maten ni que lo suiciden”, como al fiscal argentino Alberto Nisman.
Por otro lado, el ministro del Interior de Paraguay, Francisco de Vargas, y la ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, hablaron ayer sobre el caso Pérez Corradi, intercambiaron información sobre el fugitivo y se prometieron cooperación mutua. Fue durante un encuentro de funcionarios de Seguridad del Mercosur, celebrado en Uruguay.
El escándalo sobre Ibar Esteban Pérez Corradi se originó el jueves último, cuando se descubrió que el argentino tenía una cédula y un pasaporte paraguayos.