Diputados inicia periodo con fractura en las bancadas de ANR y el PLRA

La Cámara de Diputados que entra en funciones y que estará hasta el 30 de junio de 2023 está marcada por la fragmentación. Siete bloques políticos estarán representados. En los papeles los colorados, con 42 bancas, tienen mayoría propia, sin embargo, las internas en la ANR le juegan en contra y el bloque inició el periodo fracturado en dos. Sin suficientes votos para imponer posiciones la negociación será una constante en los próximos cinco años.

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Pasadas las 10:30 asumieron ayer los 80 nuevos diputados que representan a los 17 departamentos y Asunción (ver cuadro de esta página).

El resultado de las elecciones generales del pasado 22 de abril determinó que siete bloques políticos ocuparan las bancas. Del lote de 80 diputados, 42 son colorados, 18 del PLRA, 12 de la Alianza Ganar (donde también están los liberales), 3 de Patria Querida, 2 del Encuentro Nacional, 2 de Hagamos y 1 de Concertación Nacional.

Los resultados fríos indican que con 42 diputados la ANR tiene mayoría propia, consecuentemente capacidad de manejar la Cámara casi sin necesidad de los demás bloques políticos. Sin embargo la realidad, como se vio ayer en la elección de la mesa directiva, es distinta. Los colorados empezaron el periodo parlamentario divididos y por ahora nada hace suponer que se vayan a unir.

El grupo de Honor Colorado va por su lado y el de Colorado Añetete por el suyo, lo que termina licuando la mayoría propia. A partir de ahora se abre un largo periodo de alianzas donde la unión de varios grupos políticos finalmente terminará indicando el rumbo de la Cámara.

Los liberales, que entraron con la lista del PLRA, suman 18 y son la segunda fuerza política dentro de la Cámara, pero están lejos de poder tener los 41 votos mínimos que abren el camino para el funcionamiento del cuerpo colegiado.

La alianza natural sería con los 12 que conforman el bloque de la Alianza Ganar, donde la mayoría también son liberales, sin embargo al igual que los colorados, las diferencias internas impiden consolidar un bloque.

En este contexto los partidos con menor representación en la Cámara tienen la oportunidad de tener una alta incidencia porque podrían terminar dando mayoría a cualquiera a los dos principales bloques políticos, la ANR o el PLRA.

Con este contexto de alta fragmentación las disputas y las alianzas políticas más allá de las afinidades partidarias serán la constante en los próximos cinco años de gestión.

El sector que muestre el mejor manejo político será el que finalmente terminará sacando mejor partido a la división dentro de la Cámara.

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