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La Cámara Baja dio el primer paso al dar media sanción a la cuestionada suba presupuestaria por 67 votos a favor y 2 en contra –de los diputados Hugo Rubín (PEN) y Ramón Duarte (FG)–. El planteamiento ahora pasa para su análisis a la Cámara de Senadores.
Con el argumento de la búsqueda de “igualdad” con los funcionarios de otros entes públicos, los diputados asintieron el proyecto, con el que saldrán beneficiados sus clanes familiares, operadores y amigos, a falta de un año para las elecciones internas.
El diputado Dionisio Amarilla, uno de los proyectistas, defendió a capa y espada el incremento del presupuesto y dijo que el tema se “mediatizó” no con un criterio sano. Citó a otras instituciones que también cuentan con el plus. Pidió al ministro de Hacienda, Santiago Peña, que deje de instalar desméritos “en detrimento de nuestros abnegados funcionarios”.
Así, los diputados aprobaron por ejemplo casi G. 8.800 millones para pagar el tercer aguinaldo a 1.080 funcionarios nombrados de la Cámara Baja. Un promedio de G. 7.400.000 correspondería a cada uno, a los que se deben sumar otras gratificaciones.
Ahora le compete al Senado estudiar el plan. Para usarse en esta cámara es la otra parte del pedido de ampliación, de unos G. 3.857 millones, para la creación de cargos y pago del tercer aguinaldo.
El presidente de la Cámara de Diputados, Hugo Velázquez, lanzó la responsabilidad al ministro de Hacienda y afirmó que si considera que no corresponde el aumento presupuestario al Congreso que pida al presidente Horacio Cartes que vete el proyecto.
Ayer explotaron las redes sociales luego de que la ciudadanía tenga conocimiento de dicha decisión. Resaltaron que escuelas y hospitales caen a pedazos, mientras un grupo de funcionarios disfrutan de los recursos estatales.
Se convocó a una manifestación hoy a las 18:30 en la Plaza de Armas.