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Una auditoría practicada al ejercicio 2016 concluyó que la Diben, creada en 1989, está en “riesgo alto”, con una alta probabilidad de que ocurran “eventos no deseados” que ocasionen un “impacto negativo” en los objetivos de la institución, debido a un deficiente sistema de control.
La entidad está dirigida desde el 2013 por Fernando Mendoza, político colorado.
EN360 accedió a los documentos de la Contraloría, que señalan que durante el 2016 la institución otorgó unas 13.520 ayudas, pero solamente en dos oportunidades se hicieron visitas a los beneficiarios para constatar in situ la situación de los mismos.
Diben había informado que alcanzó la meta poblacional establecida para el 2016, que era de 10.890 personas, e incluso la superó, ayudando a 13.520 personas según su Balance Anual de Gestión, y a 13.923 personas según los avances cuatrimestrales. Se proveyeron medicamentos oncológicos, insumos quirúrgicos, materiales traumatológicos, sillas de ruedas, estudios especializados, medicamentos generales, insumos cardíacos.
Sin embargo, el equipo auditor encontró que se entregaron 13.226 ayudas a sólo 9.299 personas, lo cual constituye el 85% de la meta fijada. Resaltan los auditores que en muchos casos una sola persona recibió ayuda en más de una ocasión, existiendo quienes se beneficiaron con dinero para comprar medicamentos hasta en 23 oportunidades. Hubo una mujer que recibió un total de G. 190.620.056 distribuidos en 13 ayudas.
Según el reporte de los auditores, el 30% de la cantidad total de ayudas otorgadas por la institución fue distribuido entre el 18% del total de personas beneficiarias. Además, se concluyó que muchas veces la ayuda requerida llega tarde y no con la urgencia con la que requiere el beneficiario, que en varios casos acaba por devolver el dinero. “Esta situación denota la falta de eficiencia en cuanto a la asistencia oportuna”, señala el reporte de los auditores.
“A ojo”
El reporte de la Contraloría señala que en Diben no existe un parámetro que establezca el porcentaje de la concesión de ayuda a realizarse, atendiendo el monto requerido por el beneficiario y el nivel de ingreso económico del mismo. Por ejemplo, a un beneficiario que había pedido G. 26.500.000 y tiene un ingreso mensual de G. 2.600.000, le dieron G. 5.500.000, el 21% de lo requerido; mientras a otra persona, que solicitó una ayuda de G. 5.980.000 y gana mensualmente G. 4.100.000, le dieron 5 millones, el 84% de lo que necesitaba.
En su descargo, responsables de Diben alegaron que los fondos de que disponen son limitados y por ello deben racionalizarlos. Pero en un informe de la Dirección de Acción Social a la Auditoría Interna se reconoce que “no existe regla o norma que establezca los porcentajes de montos de ayudas respecto a las solicitudes presentadas en el 2016”. La Contraloría también constató que, si bien el plan de trabajo de Diben se encuentra dentro del eje estratégico nacional de reducción de pobreza, la institución no realizó ningún estudio que determine a qué sectores debe ayudar.
El argumento de los responsables de Diben es que la entidad no tiene como misión extraer a los ciudadanos de la pobreza, sino pretende contribuir a mejorar la calidad de vida del beneficiario.
Este argumento “resulta alarmante e incoherente” para la Contraloría, que advierte que los compromisos de ayuda que asume la institución se dan, en muchos casos, a partir de una “apreciación subjetiva”.
En el año 2017 el presupuesto de la Dibén fue de G. 49.213 millones, de los cuales, G. 10.658 millones fueron destinados a gastos administrativos y G. 38.555 millones al programa de acción social.
Un completo informe sobre la grave situación en que se encuentra la Diben se presentará esta mañana en ABC TV y todas las plataformas de ABC Color.