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Esto ocurrió en una incursión en la estancia “Dos Naciones”, perteneciente al citado jefe comunal y donde se había originado la serie de publicaciones que desencadenaron el asesinato de nuestro corresponsal Pablo Medina Velázquez (53), en un atentado en Villa Ygatimí presuntamente ordenado por el político colorado y materializado por su hermano Wilson Acosta Marques y el hijo de este, Gustavo Acosta Gadea (23), también fugitivos.
El procedimiento se inició a primeras horas de la madrugada, cuando un equipo policial encabezado por el director de Apoyo Técnico, Críspulo Sotelo, y el jefe de Antinarcóticos, Bartolomé Báez López, se adentró en el predio de la estancia “Dos Naciones”, a seis kilómetros de la comisaría 6ª de esta ciudad.
A solo 1.500 metros de una de las entradas a la hacienda, los uniformados detectaron uno de los más importantes campamentos del grupo de narcos, donde fueron sorprendidos varios peones trabajando en el prensado de la droga. Los marihuaneros, sin embargo, pudieron escapar, pero dejaron abandonados todos sus enseres. En el sitio se hallaron más de tres toneladas de marihuana, entre picada, prensada y semilla, por lo que se cree que “Neneco” Acosta en ningún momento consideró la posibilidad de ordenar que se detuviera la producción de droga en su estancia, pese a que ya sabía que era buscado por el asesinato de Pablo.
Los investigadores también requisaron prensas hidráulicas y artesanales y quemaron todas las precarias instalaciones. El operativo fue supervisado por el director de Inteligencia del Ministerio del Interior, Virginio Escobar; el director general de Orden y Seguridad de la Policía, Miguel Urunaga, y el fiscal de Curuguaty, Néstor Cañete, titular de la causa abierta contra los hermanos Acosta Marques.
En caso de que se apruebe la ley que permite al Estado hacerse con todas las pertenencias de los narcos, la estancia allanada ayer podría pasar a ser de dominio del Gobierno y, de este modo, el intendente Vilmar Acosta Marques perdería casi toda la fortuna que amasó con la producción de drogas.
El establecimiento “Dos Naciones” de Ypejhú es uno de los puntos más significativos en la serie de eventos que desencadenaron el cobarde asesinato de nuestro corresponsal Pablo Medina, en un ataque en que también resultó muerta su acompañante Antonia Almada y al cual sobrevivió una hermana de esta.
La testigo, justamente, fue la que identificó a Wilson Acosta Marques como uno de los asesinos de Pablo y, a la vez, se constituyó en la pieza clave para conectar al intendente de Ypejhú con el brutal crimen. Con todo, de hecho la implicancia de “Neneco” también se sustenta en sus repetitivas amenazas contra nuestro compañero, debido a las denuncias del corresponsal acerca de los nexos del intendente con el narcotráfico, situación que ahora queda plenamente confirmada no solo con el hallazgo de marihuana en su estancia, sino con la confesión de su sobrino Carlos Humberto Acosta, detenido ayer.
La serie de publicaciones que hizo Pablo Medina sobre la banda de Vilmar Acosta se iniciaron, coincidentemente, en la estancia “Dos Naciones”. donde tres años atrás se habían encontrado restos óseos pertenecientes a dos hombres presuntamente asesinados por el propio intendente municipal y enterrados en la propiedad.
“Dos Naciones” está en una zona de serranías de la colonia Americano Cue, a 6 kilómetros de Ypejhú. Cuenta con 500 hectáreas, en la mayoría de las cuales se calcula existen parcelas de “macoña”.
El campamento desmantelado, en la frontera seca y en el límite con la ciudad brasileña de Paranhos, fue escenario, tres años atrás, del hallazgo de restos óseos de dos personas a quienes Vilmar asesinó y enterró, causa por la cual fue encerrado en la cárcel de Coronel Oviedo junto con su padre Vidal Acosta González.