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La mayoría de los senadores (colorados disidentes, liberales no llanistas y la multibancada opositora) aprobó ayer el aumento del impuesto al tabaco y derivados del 13% al 20%, aunque originalmente la propuesta del Frente Guasu (FG) más Eduardo Petta (Encuentro Nacional) fue del 13% al 50%.
La senadora Esperanza Martínez (FG) fue la encargada de defender el proyecto de ley. Indicó que el Estado necesita entre US$ 100 millones y US$ 150 millones anuales para atender enfermedades relacionadas al consumo del tabaco. Indicó que la asistencia no se le brinda solamente a los fumadores activos sino también a los pasivos, quienes ingieren el humo expulsado por el activo.
Indicó que el consumo del tabaco no solo es una discusión tributaria sino que es un grave problema de salud. Por ese motivo, indicó que el proyecto de ley tiene la cuestión tributaria y las restricciones en materia de publicidad, trazabilidad e impresión de imágenes de advertencia en las cajetillas.
Sin embargo, la senadora liberal, Zulma Gómez, expresó que era más razonable aprobar el proyecto de ley de Diputados (Ramón Romero Roa, ANR), que establece un aumento del 13% al 15% para que no tenga un impacto negativo en las tabacaleras que dan trabajo a miles de familias.
El senador proyectista Eduardo Petta (PEN) recordó lo que había dicho en el 2012 el titular de la Senad, Luis Rojas, que los “narcos se valen del tráfico de cigarrillos”. Dijo que no necesitaba explicar más la frase de Rojas.
El senador de Unace, Jorge Oviedo Matto, indicó que no era necesario aumentar el impuesto y manifestó que el proyecto de ley en cuestión fue presentado en el Senado debido a motivaciones político-partidarias. Específicamente se refirió a la pelea entre los senadores colorados: por un lado los 15 disidentes y los cuatro cartistas de cara a la elección del nuevo presidente de la Junta de Gobierno.
Dijo que le gustaría que sea el 27 de julio (al día siguiente de las elecciones) para que los colorados vuelvan a unirse.