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“Sí, yo le dejé en su casa, tengo todas las pruebas necesarias para apoyar mi afirmación, le entregué le dejé en su casa a miembros de su seguridad, y eso era como parte de un arreglo al que llegamos por una cuestión de trabajo, que vos sabés que en este país lastimosamente todos tenemos un poquito de techo de vidrio, en el sentido de que muchas veces hay que abonar las cosas para que crezca el árbol”, comentó y, posteriormente, dijo que no llegó a ver que el fiscal general con permiso haya utilizado el reloj.
“Él fue el de la idea que eso iría como un pago inicial, a cuenta de lo que habíamos arreglado”, agregó Debernardi.
El caso al que hace alusión el empresario nos remonta a publicaciones de este diario, del 2013, específicamente en mayo, cuando el mismo denunció públicamente que el fiscal general le pidió US$ 100.000 para favorecerlo en el caso Codega SA. La querella que inició en el 2012 contra Juan Rodolfo Rieder, luego de que se truncara supuestamente, una asamblea donde Debernardi tomaría el control de la firma. En ese entonces, recordó que recibió la llamada de Díaz Verón, seis meses antes de la denuncia pública, ocasión en que le solicitó el monto señalado para acusar a Rieder.