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“Soy un pelele económicamente”. La folclórica expresión que se atribuye a insolventes estructurales que apenas llegan a fin de mes, solo podría atribuirse en el pasado al senador Dionisio Amarilla, cuando repartía leche en Tebicuary. Este “pelele” reporta hoy día bienes que superan un activo de G. 7.100 millones con inmuebles que –según él– tienen un valor de G. 3.070 millones. Estas propiedades fueron tasadas lejos de su valor real según fotografías y dimensiones verificadas por nuestro diario.
Lo llamativo es que el propio senador Dionisio Amarilla dice en su currículum vitae que solo un año duró su pasantía como gerente administrativo de una empresa privada. Luego, según él, desde 1999 se instaló en la UNA como asesor financiero y luego como el mandamás administrativo: director financiero.
A apenas ocho años de haber sido nombrado en el cargo en la UNA, el señor Amarilla no tenía casa propia, vivía en alquiler, dos vehículos utilitarios pero reportaba ya G. 2.000 millones en efectivo, de un total de activo que superaba los G. 4.000 millones.
En sus reportes hace constar que, supuestamente, como administrador de sucesión le pagaron entre 300 y 400 millones de guaraníes en dos oportunidades; consigna, además, que está en trámite de herencia y sucesión familiar una valiosa propiedad de G. 1.000 millones en San Ignacio (Misiones).
Peculiaridades
Algunos hechos llamativos son que en algunas oportunidades Amarilla sumaba como ingresos los de su cónyuge, con quien tiene separación de bienes. Y aunque adicionaba los ingresos de su esposa, “olvidaba” hacer constar, por ejemplo, los rodados que figuran a nombre de la señora, entre los que aparecen un Mercedes Benz, año 2017, negro; y un BMW, año 2014, negro. A esto se suman otros rodados a nombre del senador: Toyota Hilux 2017 y Toyota Land Cruiser 2018. El senador llegó a consignar que el último gasto multimillonario en un rodado había sido para comprarle una camioneta a su cónyuge.
Cabe recordar que Amarilla saltó a la fama luego de comprarse al contado la Land Cruiser de más de G. 706 millones, escándalo que fue investigado por nuestro diario. Alegó que sacó un préstamo para hacer la compra: Hoy día se sabe que pudo haberla comprado al contado con el dinero que reporta tener en efectivo.
Fiscalía ciega
La Coordinadora de Abogados denunció por presunto enriquecimiento ilícito al senador Amarilla el año pasado. La Fiscalía ni siquiera designó un fiscal para atender la causa y giraron la “pelota tata” a la Contraloría para que analizara sus declaraciones juradas. La cabeza de la oficina de declaraciones juradas era... la esposa de Amarilla.
Se desconoce qué exactamente hizo la Fiscalía, ya que nadie ha podido responder sobre el caso en las últimas horas.