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El exadministrador de la Universidad Nacional de Asunción (UNA), promotor del festín de sueldos en la institución, actual diputado liberal Dionisio Oswaldo Amarilla Guirland es otro político que juntó millonarios bienes desde la función pública.
El exfuncionario de la UNA tiene una residencia valuada como mínimo en unos US$ 300.000 y está erigiendo una gigantesca construcción en una propiedad de unas 2 hectáreas en el barrio San José de Ñemby. Los albañiles que trabajaban en los alrededores nos comentaron con admiración que sus pares encargados de la obra del diputado les dijeron que el muro de 4 metros que rodea el inmueble demandó miles de ladrillos.
Durante nuestra visita pudimos ver la importante residencia en construcción, además de otras bases de piedra que erigirán otros compartimientos dentro del paradisiaco complejo.
Integrantes de la comisión vecinal del barrio también nos manifestaron sus asombros por la imponente edificación y nos dijeron que al arribar a la zona el diputado les dijo en guaraní: “voy a levantar un muro bien alto para no mirar la cara de los pobres”.
Además de las millonarias inversiones inmobiliarias, Amarilla no escatima recursos en su buen andar. El parlamentario y su esposa, Analy Rosanna Valiente, estrenaron lujosos vehículos por valor de unos US$ 250.000 entre 2014 y 2017.
Amarilla era un humilde y entusiasta dirigente estudiantil de la Facultad de Economía que comenzó su carrera laboral como contratado en la UNA, de la mano del exrector Darío Zárate Arellano. Gracias a su cercanía con la máxima autoridad rápidamente se ubicó como administrador de la institución, cargo en el que se atornilló por dos décadas.
El diputado Amarilla fue un precursor de la corrupción en la UNA que estalló durante la administración del exrector Froilán Peralta. Cuando era administrador ubicó a varios operadores políticos en la casa de estudios y pagaba rubros docentes a funcionarios que nunca enseñaron. Por ejemplo su secretaria María de los Ángeles Miranda cobraba un rubro docente cuando su función era administrativa, así también su directora de Recursos Humanos Lorena Brítez cobraba rubro de profesora en el Rectorado, cuando en realidad ahí no se imparten clases, etc.
Le preguntamos a Amarilla ¿de dónde sacó la plata? para semejantes bienes y nos dijo: “de mi trabajo, de mi esfuerzo. Soy una persona que aprendió a trabajar desde muy chico”.
Agregó que tanto él como su esposa son profesionales exitosos y mediante créditos pudieron llevar adelante sus inversiones.