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De acuerdo a la denuncia de la joven Alexandra Torres (20), el cura Olmedo la acosó sistemáticamente desde diciembre de 2015 y llegó al extremo de manosearla en el pecho. La joven denunció el caso en setiembre pasado. Sin embargo, el arzobispo no dio trámite al caso. Al contrario, recomendó a la víctima que “rezara por el sacerdote”.
Ayer intentamos hablar con el arzobispo, pero su celular no respondía. Luego envió un mensaje de texto en el que indicaba que se está actuando conforme al Derecho Canónico, que implica la conformación de una comisión para verificar la denuncia. Dijo que hasta tanto siga la investigación, el cura permanecerá separado del cargo. Sin embargo, esta decisión la tomó luego de dos meses después de haber tenido conocimiento del hecho. Incluso el domingo pasado Olmedo concelebró la misa con Valenzuela en la nueva parroquia de Ñandejára Guasu, lo que indica que seguía bajo su protección. Tampoco se implementó el protocolo contra abusos, porque recién ayer fue nombrado el padre Óscar González para dirigir la investigación, cuando que esta tarea ya debió iniciarse en el momento en que la denuncia llegó al arzobispo.
González nos dijo que no conocía el caso, pero con su designación empezó a recabar los datos. Cuando preguntó a Olmedo si acosó a la joven, el cura le dijo que cometió “algo indebido”.
Agregó que el arzobispo convocó a Olmedo y decidió apartarle del caso el martes. En cuanto a la joven, sostuvo que intentó hablar con ella desde el primer momento y luego varios de intentos contactó con la misma y la invitó a hablar del tema. Le sugirió incluso que se presentara con un abogado en el lugar que eligiera.
Con la separación de Olmedo, el arzobispo nombró al padre Juan Gaete como administrador de la parroquia de Limpio. González anunció que recabará todos los antecedentes y luego los presentará al arzobispo, quien deberá tomar una medida definitiva.
El padre Olmedo actualmente se aloja en casa de sus parientes, y desde allí deberá seguir su proceso en los estrados judiciales.