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La elegida por Mario Abdo Benítez para administrar el Ministerio del Trabajo, Carla Bacigalupo, ya estuvo al frente de una secretaría de Estado bajo la administración actual del presidente Horacio Cartes.
En julio del 2016 fue destituida tras un confuso episodio que involucró al poderoso narcotraficante Jarvis Chimenes Pavão, quien guardaba reclusión en la cárcel de Tacumbú.
Según los antecedentes, el gobierno recibió información de que Chimenes Pavão estaba en plan de fuga. Inclusive, durante una intervención se llegaron a encontrar explosivos preparados para apoyar su huida.
Ante esta situación, el presidente Cartes ordenó a la ministra Bacigalupo el urgente traslado del reo a la Agrupación Especializada, donde permanecen los presos peligrosos.
Sin embargo, la misma se negó aduciendo que una orden judicial le impedía, y el jefe de estado optó por destituirla.
Chimenes Pavão, quien desde la cárcel seguía manejando sus negocios, vivía en una celda vip en Tacumbú. Había montado una especie de departamento de primer nivel, con todas las comodidades donde recibía visitas a diario como si estuviera viviendo en una casa, y en libertad.
El 25 de julio, poco antes de ser destituida, Bacigalupo designó a un ciudadano de origen español, de nombre Daniel Moreno García, como “instructor honorífico autorizado para dictar Cursos de Capacitación en el Centro de Estudios Penitenciarios”.
Moreno García, en su cuenta de facebook aparece como una persona instruida en manejo de armamento pesado y habría estado en permanente contacto con Chimenes Pavão. Tanto es así que siguió visitando al preso, estando ya recluido en la Agrupación Especializada, según registra el cuaderno de novedades de la Policía.
A la India, con dinero público
En marzo del 2016, a pocos meses de haber asumido como ministra, viajó a la India a participar del “Festival Mundial de la Cultura” de la fundación “El Arte de Vivir”, que lidera el gurú Sri Sri Ravi Shankar.
Se autoasignó un viático de G. 5.161.548. Después de que nuestro diario publicara el hecho, decidió devolver el viático. Sobre su pasaje dijo que lo solventó el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), pero el organismo internacional la desmintió.
Fue fiscal y juez
Carla Bacigalupo inició su carrera en el sector público como fiscal. En el 2010, en un juicio de presunto acoso sexual, en el sonado caso de seis cadetes de Academil contra una mujer de la misma institución, el Tribunal encargado de juzgar el caso en un juicio oral, sobreseyó a los acusados por graves irregularidades cometidas por la fiscala Bacigalupo, e impuso costas a la misma.
“La actuación de la representante del Ministerio Público fue muy displicente (...) se produce en forma exclusiva por el mal desempeño realizado por la agente fiscal”, señalaba el Tribunal en su sentencia.
Cómo jueza benefició a equipo de Villamayor
Posteriormente, en el 2015, ya siendo jueza Penal de Garantías, benefició al abogado Sergio Coscia, socio del futuro ministro del Interior Juan Ernesto Villamayor, quien había sido acusado por la fiscala Josefina Aghemo por los supuestos delitos de producción de documentos no auténticos en el caso de compra sobrefacturada de helicópteros durante la administración de Rafael Filizzola en el Ministerio del Interior. Villamayor también intervino en esta causa.
Investigaciones determinaron que Coscia utilizó facturas ilegales que sirvieron para evitar pagos de impuestos por montos multimillonarios, pero quedó libre.