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CURUGAUTY, Canindeyú (Alberto Núñez, corresponsal). La droga estaba oculta en una de las habitaciones de la vivienda de Estigarribia Romero, quien en principio intentó negar que la carga le pertenecía, pero luego se comprobó que estaba a su cargo, según informó el fiscal Cañete.
Se sospecha que la droga pertenece al conocido corredor de motocross de Curuguaty Avilio Manuel Espínola Isasi, de 31 años, alias “Baby”, oriundo de la ciudad de Capitán Bado, quien se encuentra actualmente prófugo.
En el lugar allanado se pudo constatar una importante cantidad de marihuana envuelta en 30 bolsas, distribuidas en 1.049 panes, totalizando 959 kilos.
De acuerdo con los datos, los agentes especiales de la Senad, acompañados del fiscal Cañete, llegaron a la vivienda del edil liberal ayer alrededor de las 06:30. El concejal municipal, al percatarse de la presencia de los antidrogas, intentó emprender una fuga, por lo que los intervinientes se vieron obligados a efectuar disparos intimidatorios. Finalmente, lograron la detención del político liberal. Primeramente el hombre intentó negar que la carga sea de él, argumentando que pertenece supuestamente a un tal “Negriño”, pero se cree que fue solo para tratar de despistar, señaló el fiscal Cañete. El concejal atrapado con el alijo de marihuana se abstuvo de declarar, informaron.
“Baby” Espínola Isasi sería cuñado del conocido traficante Líder Cabral, actualmente recluido en el Brasil, refieren los primeros datos desde la zona. La droga tenía la inscripción “SA-SA”, como presuntamente es conocida la hermana de Cabral, a quien se vinculó en publicaciones periodísticas con Vilmar Acosta Marques, prófugo de la justicia por el homicidio del periodista de nuestro diario Pablo Medina y de la joven Antonia Almada, crímenes ocurridos el 16 de octubre de 2014.
Este es un nuevo hecho en que un político se ve involucrado con el tráfico de drogas en Canindeyú. Esta vez cayó un exponente del PLRA. En otros casos, estuvieron involucrados políticos del Partido Colorado.
En esta zona del país es sabido que el narcotráfico financia a sectores políticos, sobre todo en épocas electorales. El crimen organizado también compra a policías y agentes de la justicia para tener a cambio protección e impunidad, según los datos que se manejan en varias fuentes.