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El 21 de marzo pasado la Cámara de Diputados modificó la versión original del proyecto, reduciendo el impuesto al tabaco entre 30% y 40%. Actualmente el gravamen es de 16%. Además, se establece un arancel de unos G. 1.500 por cada cajetilla de 20 cigarrillos.
Los diputados en aquella oportunidad reunieron 56 votos de colorados oficialistas y disidentes, liberales llanistas y liberales anchistas. Mientras que un grupo de 20 diputados liberales efrainistas, Avancemos País y del Partido Encuentro Nacional votaron en contra del proyecto de ley.
La norma vuelve a la Cámara de Diputados, donde existe una cómoda mayoría. Los colorados requerirán de 41 votos (de un total de 46 diputados que posee la ANR) para ratificar el monto mínimo de aumento que le otorgarán al impuesto al tabaco.
El líder de la bancada cartista en Diputados, Clemente Barrios (del departamento de Paraguarí), dio a entender que se ratificarían en la modificación que realizaron en marzo. Afirmó que el dictamen de las comisiones de Asuntos Constitucionales, Legislación y de Presupuesto de elevar el impuesto de 18% al 22% fue producto de un largo estudio.
Barrios indicó que una vez que cuenten con los dictámenes de las comisiones a las cuales será girado el proyecto, se tomará una decisión. El diputado recordó que el vocero de la comisión de Presupuesto, durante el estudio del proyecto, fue el diputado abdista Mario Cáceres (de Itapúa).
Barrios indicó que esta vez no será diferente y que volverán a seguir el consejo que den las comisiones que tendrán el proyecto a su cargo. “Vamos a seguir el dictamen de Presupuesto, Constitucionales y Legislación que dictaminaron en un mismo sentido y ahora espero que tengan un dictamen que nos guíe”, señaló.
Las comisiones de Presupuesto y de Asuntos Constitucionales habían invitado a varios gerentes de tabacaleras, entre ellos a José Ortiz, gerente de Tabesa, firma que pertenece al presidente de la República Horacio Cartes, para conocer su parecer con respecto al proyecto de ley.
La ministra de Hacienda, Lea Giménez, leyó un informe que coincide con la postura de Ortiz en rechazar el impuesto. Agrega que se ponían en peligro más de 5.000 empleos que dependen del sector, incluso señala que si se modifica solo el impuesto al tabaco y no a los demás sectores se produciría un desbalance tributario provocando que la producción en ese sector sea inviable.