Comisionados de Itaipú niegan informaciones sobre salarios

Daniela Candia, Fátima Rodríguez, Sarah Zevaco, Fátima Aliende y Miguel Fleitas remitieron cartas a ABC Color en las que sostienen que las informaciones publicadas con relación al salario que percibían, cuando estaban comisionados por la Itaipú a la Presidencia de la República, eran falsas.

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En sus escritos no revelan el monto del sueldo que percibían. Solo hablan de datos falsos e irresponsables sin especificar dónde está la falsedad de lo difundido.

Daniela Candia, excontratada por la Itaipú y comisionada a la Presidencia de la República en la era Lugo, remitió una carta al diario en la que señala que la información publicada por ABC Color el 12 de julio pasado, bajo el título “Hay salarios que son una bofetada a la gente, denuncia titular de la Sicom”, es falsa y malintencionada.

“Afectan de manera directa mi dignidad como trabajadora y como profesional, con el fin de desprestigiar el trabajo que he realizado”, señala.

La comunicadora relata que en el 2011 fue contratada por la Itaipú para prestar servicios en el área de comunicación, función en la que se ha desempeñado hasta que la Sicom, con base en las necesidades del nuevo proyecto de TV Pública, ha solicitado su comisionamiento para cumplir tareas periodísticas.

“Lamento profundamente que colegas trabajadores de medios de comunicación hayan difundido datos falsos sobre mi persona y mi salario, sin haber cumplido el deber de corroborar la información”, sostiene Candia.

En el escrito, no especifica cuánto era el monto de lo que percibía, por lo que sostiene que la información difundida era falsa. Su abogado patrocinante es Gustavo Reinoso Jara.

Fátima Rodríguez, excontratada por la Itaipú y comisionada a la Presidencia de la República en la era Lugo, remitió una carta con relación al mismo artículo. “No tengo afiliación partidaria alguna, por lo que no he accedido al cargo ocupado en la Sicom, ni en la Itaipú más que por mis cualidades profesionales y éticas”, señala. Agrega que, en el 2011, la Sicom solicitó su comisionamiento. Rodríguez también sostiene que los datos difundidos sobre su persona y su salario son falsos.

En el escrito no especifica cuánto era el monto de lo que percibía, por lo que sostiene que la información difundida era falsa. Su abogado patrocinante también es Reinoso Jara.

Sarah Zevaco, Fátima Alinde y Miguel Fleitas, trabajadores despedidos de la Itaipú, también remitieron una carta al diario en la que firman los tres, patrocinados por los abogados Ricardo Zarratea, Selva Etcheverry y Reinoso Jara.

Sostienen que las informaciones en el artículo referido más arriba son falsas, manipuladas y malintencionadas. Tampoco en la nota aclaran dónde está la falsedad de la información.

Sobre la publicación

En la nota del 12 de julio pasado publicada en este diario se transcribieron las declaraciones del ministro de la Sicom, Martín Sannemann, quien manifestó que algunos salarios eran una bofetada a la gente y mencionó que había funcionarios con sueldos de G. 50 millones y nunca se les vio trabajar.

Junto a las manifestaciones de Sannemann se publicó un cuadro (ver infografía) en el que se mencionan los nombres de 16 funcionarios de la Itaipú Binacional que fueron comisionados a la Presidencia de la República en la era Lugo, con base en datos que fueron proporcionados por la misma institución que les contrató.

A esto se agregaron los beneficios que reciben los funcionarios de las binacionales que son: 13% más si el contrato figura en Alto Paraná, a esto se le suma 1% por año de antigüedad, más seguro médico G. 540 mil al mes. También un adicional de un salario por año de antigüedad, más la participación en el lucro de la empresa equivalente a un salario en promedio y finalmente los beneficios propios de lo establecido en el contrato colectivo.

En la publicación también se hace mención a las declaraciones del director paraguayo de la entidad, Franklin Boccia, quien sostuvo que se verá obligado a rescindir algunos contratos, ya que en algunos casos han comprobado que los comisionados ni siquiera aparecían por sus puestos de trabajo. Boccia tampoco precisó quiénes eran las personas a descontratar.

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