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Una situación particular sucede en la dirigencia cupular de la ANR. Por lo menos ante la opinión pública, los de Colorado Añetete, corriente liderada por el presidente de la República Mario Abdo Benítez, tratan de mantener distancia de los de Honor Colorado, el movimiento del expresidente Horacio Cartes.
Los abdistas explicaron que su presencia en la sesión extraordinaria el martes pasado, fue al solo efecto de aprobar el presupuesto 2019 de la ANR y que ello no debe interpretarse como un acercamiento político.
En cambio, los cartistas cantaron victoria. El diputado Pedro Alliana, presidente de ese partido, dijo que la aparición de los oficialistas fue “una gran señal” para la unidad colorada. Habló de las ventajas del apoyo de una Junta unida al Gobierno de Abdo Benítez.
Darío Filártiga, vicepresidente primero de la ANR, dijo que esperaba que la reunión sea el inicio de “una verdadera reconciliación” en la agrupación.
Los cartistas también indicaron que solo buscan la unidad para el funcionamiento institucional de la ANR –su Junta prácticamente no sesiona– y niegan enfáticamente que intenten un arreglo “pro impunidad”.
La Junta siempre se manejó con una mayoría cartista y para funcionar no necesitó de los abdistas que nunca ocuparon su espacio ganado en las internas de julio del 2015 en la conducción colorada.
Si bien se presenta esta contradicción en las posturas públicas de las corrientes internas de la ANR, no se debe descartar que lleguen a un acuerdo por los intereses que ambos tienen.
La semana anterior se produjo también una reunión entre los senadores cartistas y el vicepresidente Hugo Velázquez, con conocimiento de Abdo, en que hablaron de la necesidad de un arreglo.
Los cartistas muestran necesidad de lograr la “unidad” colorada porque entienden que sería a cambio de la impunidad para varios de sus miembros sospechados de corrupción y sobre todo de su líder, que está recibiendo reveses políticos y ve debilitada su posición.
Aparece comprometido con la investigación por presunto lavado de dinero y otros delitos a su “hermano del alma” Darío Messer, actualmente prófugo.
Por su parte, los abdistas estarían interesados en ocupar sus espacios en la Junta con la proyección de ir tomando el control de la ANR, actualmente manejada por una mayoría cartista.