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El ministro de Hacienda, Santiago Peña, se reunió ayer varias horas con legisladores de la Comisión Permanente del Congreso y otras autoridades, como el presidente de la Cámara de Diputados, Hugo Velázquez (ANR).
Pese a que Peña destacó este diálogo y la búsqueda de una salida “intermedia”, lo concreto es que el Poder Ejecutivo no amagó siquiera con retirar el veto total al presupuesto que había presentado el lunes.
Todo apunta a que el presidente Horacio Cartes está muy interesado en que se concreten hoy las sesiones extraordinarias de la Cámara de Diputados y del Senado.
De acuerdo a las versiones que se manejan en el ámbito político, el día de hoy es clave para que el Ejecutivo confirme la presencia en la sesión de una mayoría de parlamentarios oficialistas y opositores que le responden para presentar en forma sorpresiva el proyecto de enmienda o “revivir” el que había presentado el diputado Óscar Tuma (ANR) y plantear una sesión extraordinaria para su estudio y aprobación. Según la expectativa del oficialismo, si se concreta la aprobación en una de las cámaras, se facilitarán las posibilidades de éxito en la otra cámara.
La convocatoria a sesión extraordinaria que harán representantes del oficialismo en la sesión de la Cámara Baja estará fundada en el artículo 37 del reglamento interno que señala literalmente: “Durante la sesión, cualquier diputado podrá pedir la convocatoria de una sesión extraordinaria, expresando su objeto, y si esta petición fuere apoyada por quince diputados o más, la Cámara fijará el día y la hora en que deberá efectuarse”.
El plan de los cartistas es que la convocatoria se haga de forma inmediata, apenas terminada la consideración del veto del Ejecutivo a la ley de Presupuesto General la Nación 2017.
La presunción de que el veto total del Ejecutivo al presupuesto era una excusa para reunir a las cámaras en este receso se vio reforzada ayer por el hecho de que el mismo ministro de Hacienda, Santiago Peña, y el presidente de la Comisión Bicameral de Presupuesto, diputado Mario Cáceres (ANR-cartista), admitieron que el veto parcial era la mejor solución, dando a entender que la medida del Ejecutivo no se justificó.
De acuerdo a las averiguaciones realizadas ayer, ni siquiera todos los oficialistas estaban al tanto de la estrategia para la presentación de la enmienda. El objetivo de este “secretismo” sería conservar la ventaja del factor sorpresa para evitar una contramaniobra de la oposición y los disidentes colorados.
El Ejecutivo confía en que prevalecerá en este caso la “lealtad” de los colorados para votar en bloque por la reelección, dado que es un mandato de la última Convención partidaria. Una vez consumada la aprobación y esta suerte de “fujimorazo” se aplicará la política de los hechos consumados.
Fujimorazo estilo Paraguay
Así como el entonces presidente peruano Alberto Fujimori impulsó en 1992 un autogolpe para permanecer en el poder, respaldado por las Fuerzas Armadas y aprovechando además el desprestigio del Congreso, el cartismo considera que están dadas las condiciones en nuestro país para una medida para forzar la reelección vía enmienda. Los cartistas argumentarán que el Congreso está empeñado en trabar la gestión de Gobierno. Como últimas pruebas mencionarán la presunta intención de dejar sin rubro al Ejecutivo para el pago de la deuda pública y la negativa inicial a tratar el veto al presupuesto. Los estrategas del Ejecutivo creen que nadie se jugará a defender al Congreso debido a su pobre imagen.