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La recientemente inaugurada Costanera de Asunción será el escenario para que esta mañana, a partir de las 07:00, se cumpla con el artículo 229 de la Constitución Nacional, que establece que los presidentes del Paraguay iniciarán sus mandatos constitucionales el día de la Virgen de la Asunción y durarán cinco años, improrrogables, en sus funciones.
Esta será la quinta transmisión de mando presidencial desde la vigencia de la Carta Magna de 1992. La primera realizada en esta fecha fue el traspaso de mando del último presidente militar del Paraguay, Andrés Rodríguez, quien entregó el poder al primer presidente civil, Juan Carlos Wasmosy.
Cartes asumirá el gobierno frente a seis presidentes de países de la región, un príncipe heredero y cuatro mil invitados especiales. Lo hará, además, enfrentando el desafío de gobernar con un gabinete en que la militancia político-partidaria parece no tener mayor injerencia y con un Parlamento que, por primera vez en la transición democrática, no tiene a uno de sus miembros entre los ministros del Poder Ejecutivo.
Es, además, el primer gobierno desde la caída de la dictadura que tiene un verdadero rompecabezas pendiente: el de restituir al Paraguay en la integración regional, con todos sus derechos y sin lesionar su posición en el interior de los bloques vigentes en el continente. Y, también, dar contenido a lo que parece ser el giro por el cual optará su gobierno en materia de relaciones internacionales: el cambio de horizonte, del este al oeste, mirando el Pacífico como un destino necesario para el crecimiento económico del Paraguay.
Cartes dará prioridad, según anunció su canciller, a las relaciones bilaterales, con lo que espera lograr acuerdos para que el país retome con dignidad y autodeterminación su relacionamiento internacional.